Reseñar, ¿para qué?
Reseñar, ¿para qué?
Aprendizaje esperado: participa en la presentación pública de libros.
Énfasis: identificar funciones de reseñas de libros.
¿Qué vamos a aprender?
Esta sesión estará dedicada a desarrollar el aprendizaje esperado “Participa en la presentación pública de libros”; de manera específica abordarás cómo identificar funciones de reseñas de libros.
¿Qué hacemos?
Compartir impresiones y hacer una crítica de textos diversos es una práctica común en el ámbito académico; los textos por los que se suelen compartir se llaman reseñas. ¿Sabes qué son?, ¿qué tipos hay?, ¿cuál es el tipo de información presentan? A lo largo podrás dar respuesta a estas preguntas.
Para iniciar, te invitamos a leer los siguientes textos.
“La película fue tediosa desde el inicio; la trama se podía adivinar desde los primeros minutos; aunque los personajes tuvieron un buen desarrollo psicológico, lo cierto es que no lograron salvar a la película en ningún momento”.
El segundo texto expone:
“Pocos textos, en la literatura mexicana de imaginación, tienen la belleza y expresividad de este relato, Aura. […] El hecho es que Carlos Fuentes, dueño de todos sus recursos, […] ha dado aliento a una atmósfera de sombras y ecos donde está manifiesto el tema de la verdadera identidad.”
Ambos textos presentan una valoración crítica de la película y del libro. Una reseña es un texto breve, pero no es una explicación simple de una obra. Una explicación implica entender factores ajenos al objetivo de una reseña, por ejemplo, qué motivó al autor a escribir la obra y qué sentido o sentidos tiene, por qué escribe de esa forma, qué pretende lograr con ella, lo cual, sin una base documental amplia y bien fundamentada, nos lleva al ámbito de las opiniones o conjeturas o, en todo caso, al del comentario.
Una reseña busca dar un panorama crítico de una obra al lector, es decir, no es un resumen en tanto no sólo presenta los puntos importantes, sino que busca presentar un punto de vista crítico y fundamentado sobre el texto en cuestión. Desde ese punto de vista es importante considerar que una reseña no se escribe desde el desconocimiento del material reseñado, al contrario, para escribirla debe haber un bagaje previo sobre el tema, el autor o la forma discursiva que se aspira a reseñar. Esto último es una condición indispensable, pues una reseña, sea cual sea su tipo, debe presentar información objetiva. Claro, no se trata sólo de criticar, sino de valorar un texto con bases e información.
Las reseñas son muy importantes en el ámbito académico, pues funcionan como guías rápidas para acceder a la información que se busca. Por ejemplo, en un tema tan amplio como el estudio de ficción literaria hay una cantidad casi inabarcable de textos, todos ellos con perspectivas o enfoques de estudio particulares que no podemos leer en su totalidad antes de un trabajo para una asignatura. De modo que, si existe una reseña que aborde un título en particular que llama nuestra atención, podemos acudir a ella y enterarnos de cuáles son los temas específicos que trata; también podremos saber cuál es su enfoque teórico o si se dan ejemplos concretos de una literatura en particular, por ejemplo, literatura española, inglesa o alemana.
Una reseña crítica traza ese panorama general de la obra a partir de un análisis breve, pero puntual y con conocimientos previos que permiten al autor de la reseña realizar un balance sobre los aportes de esa nueva obra, ya sea un texto literario o un trabajo académico. Con ello da una pauta al lector para motivarlo a acercarse al material reseñado, o lo previene contra ciertos detalles que pueden resultar confusos o complejos en una primera lectura.
Hay varios tipos de reseñas. Las reseñas se han dividido casi siempre según su objeto. Circula la idea de que una reseña depende del material, por ejemplo, serán distintas las reseñas sobre una exposición artística en un museo, la de una película comercial y la de un trabajo científico. Sin embargo, no es sólo el material el que define el tipo de reseñas que existen, sino la circulación del material en un ambiente específico, el medio en el que se publica la reseña y la intención del autor al escribirla. Así, por ejemplo, podemos leer una reseña divulgativa sobre un libro de física, en la que se nos alienta a acercarnos o tener cierta precaución con lo presentado en la obra, a veces incluso desde una posición subjetiva, pero ese mismo libro puede ser objeto de una reseña crítica que busca discutir sus aportes con mayor complejidad al seguir un método más estricto de comprobación de sus planteamientos, teorías, y resultados.
En ese sentido tendríamos dos tipos generales más allá del objeto reseñado: la divulgativa y la crítica. Ambas son válidas, pero es importante identificarlas para entender qué perspectiva es la que ofrecen a los lectores.
Hay dos aspectos que distinguen de diferencia entre la reseña y el “abstract” o resumen. La primera es la idea de la motivación lectora. Un resumen, o “abstract”, como se le conoce en inglés, está enfocado en sintetizar el texto; no necesariamente nos debe llevar a la lectura con base en una opinión fundamentada, sino indirectamente, presentando los contenidos de manera objetiva y concreta. Esto sucede en el nivel divulgativo, donde resumen y reseña tienden a confundirse en ese ánimo por informar.
No obstante, las diferencias se vuelven más claras con las reseñas críticas: la cantidad de información que tiene el reseñista, el conocimiento de la obra que está analizando, así como su opinión estructurada producen un texto breve pero mucho más complejo y profundo que un resumen, por ejemplo, como los que aparecen en las contraportadas de los libros, que incluso tienden a perderse al tratar de presentar todos los temas abordados.
¿Ambos tipos de reseñas tienen la misma estructura si se trata de un texto literario o de uno científico?, ¿o hay algunos elementos que cambian?
Si atendemos a las reseñas divulgativas, la estructura no cambia pues, como decíamos, buscan motivar la lectura o prevenir sobre detalles de los textos. En relación con las reseñas críticas, la estructura puede cambiar porque una obra literaria no sigue el mismo desarrollo que un texto científico.
Esto es más evidente cuando se hace un balance sobre los resultados de un estudio académico, pues una obra literaria no posee “resultados”, en todo caso plantea puntos de vista o aporta modelos de comprensión que muchas veces no responden a los parámetros de comprobación científica. Si bien comparten un nivel conceptual en el que se pueden comparar las ideas detrás de cada tipo de texto, éstas dialogan de forma distinta con su tradición, es decir que las obras literarias no responden a la verificación de resultados o métodos de textos anteriores, por lo tanto el reseñista debe situar ambos tipos de texto y mostrar sus particularidades en la propia estructura de la reseña.
Por eso es importante que determines qué tipo de texto es el que vas a reseñar. Una vez que ya lo identificaste, ¿qué información se puede incluir en las reseñas?
La información debe estar completamente relacionada con el texto o material reseñado. En ocasiones encontramos ejemplos de reseñas que divagan, se enfocan más en temas que le interesan al reseñista y dicen poco del material. Esto representa una forma de escritura poco crítica, que habla más de las obsesiones del reseñista que de los textos, y es común encontrarlas, sobre todo, en el nivel divulgativo, pues esa apertura a las opiniones o comentarios subjetivos dan pie a que se desvíe la atención del libro en cuestión.
Una reseña debe buscar presentar información pertinente que enriquezca la visión del lector, no exclusivamente sobre el tema tratado en el material, sino también sobre el punto de vista o enfoque teórico del autor, sobre sus procedimientos o estilo. Esto es importante porque sólo a partir de un equilibrio entre opiniones, información previa e información extraída del material reseñado se puede lograr una reseña crítica.
Es muy importante además incluir los datos del autor, pues nos ayuda a situar al autor y al propio texto, sobre todo en el caso de reseñas de obras literarias.
No se trata de retomar toda la información vital del autor, lo que sería caer en divagaciones, sino de seleccionar los datos más relevantes en relación con el texto reseñado, por ejemplo: en el caso de un texto literario, es importante saber si hay títulos bien aceptados por la crítica antes del texto actual, en qué tipo de géneros ha incursionado el autor, si hay temas recurrentes en su obra, etc.
Con el objetivo de ubicar el texto, es importante mencionar el nombre del autor, su año y lugar de nacimiento, fallecimiento de ser el caso, y un par de sus obras más destacadas o algunas labores paralelas a su ejercicio de escritor.
Siempre existe el peligro de recargar el texto con información tomada del libro o la que proporciona el autor de la reseña. En ese sentido, el problema de la redacción de la reseña va de la mano con la importancia de la obra, con las nuevas perspectivas que presenta. En ocasiones nos encontramos reseñas que tratan un libro de análisis literario, por ejemplo, y son libros de estudiosos renombrados, por lo cual es fácil centrarse en la trayectoria del autor y dejar de lado el libro, que casi por extensión de la obra se asume como excelente. Pero aun así es necesario que el análisis de la obra, la presentación de sus partes, su enfoque general o, en el caso de obras literarias, la estructura del texto, sus personajes y una idea general de la obra deben ser la guía de la reseña y toda la información adicional tiene que apoyar a los argumentos del reseñista.
¿Cómo poder reflejar la estructura de la obra original en una reseña?
Uno de los elementos, hablando del balance, tiene que ver con la comprensión lectora del autor de una reseña. Es decir, que lo que entendemos de la obra original será siempre el contenido de nuestra reseña y de esa comprensión depende la presentación final.
Así, un buen ejercicio de lectura que ubica al texto y al autor en su dimensión histórica, que busca entender los temas centrales del texto literario así como su estructura y personajes, nos aporta pautas, aspectos que al final pueden constituir la estructura de una reseña. La reseña es un texto que muestra una lectura, la de su autor frente a la obra original, así que para llegar a una presentación objetiva y justa con la obra es necesario practicar la lectura.
Recuerda que hay un nivel de divulgación en el que las reseñas admiten opiniones subjetivas. En el caso de textos de tipo científico, estas opiniones tienen sentido sólo si se refieren a la forma de presentar los temas, por ejemplo, en una reseña sobre un libro de astronomía es posible opinar sobre la adecuada o inadecuada exposición de ciertos temas, o la secuencia de capítulos que forman el libro. No obstante, cuando estamos en el nivel de una reseña crítica, se recomienda no incluir opiniones del tipo “me gusta”, “no me gusta”, pues ahí se trata de refutar datos duros, de criticar un procedimiento o una metodología y evaluar los resultados como un todo. Por lo tanto, no debe haber espacio para lo subjetivo, sobre todo si no está fundamentado, pues no aporta nada al lector de la reseña.
Consejos para reseñar:
- Reseña una obra de tu interés. No vayan directamente a textos complejos, comiencen con algo que les guste, que sea fácil analizarlo y presentarlo.
- Poner a prueba tu objetividad: cuando la obra original es un texto que nos gusta, fácilmente podemos alabarla, incluso resaltar sus aspectos más allá de lo que realmente posee.
- Una vez que prácticas en este nivel e identificas qué temas te conducen a divagar, puedes ejercitar una estructura en la que se hable de la obra, quizás en un 70%, y jugar con datos del autor o desarrollar algún tema.
- Lo importante, después de sostener esta estructura centrada en la obra, es releer para saber si expresa tu opinión sobre el material.
- En última instancia, puedes ponerla a prueba con algún familiar, amigo o vecino, para saber qué entendió del libro mediante la reseña. Si el mensaje es similar a nuestra lectura de la obra, tendrás un modelo con el cual puedes practicar reseñas futuras.
La estructura posible de la reseña depende del tipo de reseña que escribamos pero, en general, es importante presentar al autor y al libro; posteriormente se puede contextualizar a la obra brevemente, mencionar libros o estudios previos, de modo que se nos facilite abordar los temas más relevantes.
En el caso de las reseñas divulgativas, tras el análisis de temas relevantes se suele incluir una opinión que motive al lector a acercarse a la obra, o que resuma los aspectos con los que se debe tener cuidado. Estas secciones, además, pueden variar según el estilo del reseñista, pues el formato es un poco más libre.
Cuando trabajamos en una reseña crítica, la estructura no puede ser tan libre, aún si se trata de una reseña literaria, debe mantener la presentación general de autor, obra, contexto, temas y estructura, y un cierre valorativo.
Si redactamos reseñas sobre trabajos académicos y científicos, la estructura puede enriquecerse al discutir temas y estructura de las obras originales como otros aspectos. Por ejemplo, en lugar de pensar en los temas aislados, se deben presentar los objetivos del estudio reseñado, su enfoque teórico y los conceptos que utiliza; al pensar en la estructura de la obra incluimos aspectos metodológicos como: cuáles son sus argumentos, cómo presenta sus datos o qué tipo de evidencias incluye y, para finalizar, se puede comentar cuáles son sus aportes en relación con estudios previos, a fin de dar un panorama global.
Cada texto tiene su propia complejidad y, según el tipo de reseña que nos proponemos escribir, debemos buscar transmitir esa complejidad. La extensión de una reseña depende justamente de la complejidad del texto. Es común escuchar o leer que una reseña debe oscilar entre tres y cinco cuartillas, pues no constituye un análisis detallado, sino una síntesis representativa y crítica de los contenidos de la obra original.
Hay niveles de complejidad en la reseña y en las obras por reseñar, de modo que no es posible plantear una extensión estricta, pero sí es necesario que la reseña sea breve para mantener su meta, que es ser un texto informativo eficiente. Una reseña de más de cinco cuartillas no está prohibida, pero esto depende de otros factores, como el espacio en el que será publicada, de modo que hay que ajustarse a ciertos criterios de edición y buscar que la estructura de la reseña muestre con claridad una visión global de la obra.
Para ampliar la información, te sugerimos consultar en tu libro de texto de Lengua Materna el aprendizaje esperado “Participa en la presentación pública de libros”. Ubica la sección dedicada a “Identificar funciones de reseñas de libros” y realiza las actividades que ahí encuentres.
Luego de esta exposición, podemos percibir que las reseñas cumplen con una función muy relevante como guías para lectores especializados y no especializados que abordan todo tipo de materiales, desde películas, exposiciones, libros infantiles, series de televisión, hasta obras que pueden ser consideradas grandes muestras de literatura en todo tipo de lenguas, y trabajos serios y bien fundamentados de ámbitos científicos como neurociencias, topología o física cuántica. Los reseñistas realizan una labor valiosa al comprometer su lectura y punto de vista en una valoración del trabajo de sus colegas, de modo que es importante considerar la seriedad de estos textos, incluso como modelos de prácticas de escritura ética.
En un nivel más sencillo, las reseñas son herramientas muy útiles para conocer más sobre todo tipo de libros y temas, quizás no podamos leerlos todos, pero al menos sabremos que existen ciertas obras y que se abordan temas nuevos; además, podemos dimensionar la cantidad de información que se produce no sólo en nuestro país, sino a nivel mundial. En última instancia, podemos formar poco a poco nuestra opinión y conocimiento sobre temas que nos interesan y así, evitar el comentario fácil y sin fundamento.
El reto de hoy:
Te proponemos un reto; lee los siguientes textos para reconocer cuál es un resumen y cuál una reseña.
“El texto escrito por el pensador ilustrado Rousseau El discurso sobre las ciencias y las artes explica que la modernidad surgió de la caída de Constantinopla, puesto que propició la salida de un gran número de manuscritos y textos antiguos de la ciudad, hacia la Europa occidental”.
El segundo texto indica:
“Jean-Jacques Rousseau en su ensayo Discurso sobre las ciencias y las artes de 1750, presentó la base de su pensamiento filosófico y social. Rousseau analizó la sociedad ilustrada del siglo XVIII y cómo ésta se contrapone al estado natural del ser humano. Para él, la sociedad está viciada desde que el hombre antepone la cultura a las virtudes. Un discurso lleno de reflexión, que él dio el sobrenombre de anti-ilustrado”.
¡Buen trabajo!
Gracias por tu esfuerzo.