Prepara tus respuestas

 

Prepara tus respuestas

Aprendizaje esperado: presenta una exposición acerca de un tema de interés general.

Énfasis: responder preguntas de una audiencia.

¿Qué vamos a aprender?

En esta sesión revisarás lo referente a: “Responder preguntas de una audiencia”, como parte del aprendizaje esperado: “Presenta una exposición acerca de un tema de interés general”. Sin duda, los conocimientos de esta sesión te serán de suma utilidad a lo largo de tu vida académica.

Ten a la mano tu libro de texto, para que amplíes tu información. Así como tu cuaderno, lápiz o pluma para tus anotaciones.

¿Qué hacemos?

Tal vez te suceda que cuando te preguntan con relación alguna duda, te pongas nervioso y te bloqueas. Pero eso les pasa a todas las personas que se dedican a exponer, o que alguna vez les toca exponer un tema.

Aún las personas que su trabajo tiene que ver con exponer, les ha dado mucho miedo de equivocarse al responder preguntas referentes a cualquier tema del que se esté hablando.

Así como a los alumnos que en clase tienen que exponer un tema les da miedo a equivocarse, pero todos los seres humanos incluyendo los maestros tienen ese miedo y cuesta mucho trabajo creer que es lo más común y cotidiano. Solo equivocándote aprendes y sólo sintiendo miedo se avanza.

Es verdad que socialmente se ha condicionado siempre a hacer todo perfecto, y dentro de la escuela esto se marca más, porque, como centro educativo, se tiende a marcar los errores más que los aciertos. Lo que se tiene que lograr ahora, es que los alumnos adquieran confianza para expresar con toda libertad lo que piensan y saben, y no sientan temor o inseguridad al intercambiar opiniones y saberes. En la antigua Roma, ese era un excelente método para el aprendizaje: la pregunta-respuesta, el diálogo.

En esta sesión, vas a despejar esos miedos a responder preguntas en una exposición. Hay que comenzar reflexionando a partir de preguntarte: ¿por qué sientes inseguridad al exponer frente a un público y miedo a que te pregunten?

Trata de responder en función de los aspectos y elementos que te pueden ayudar a no sentirte así, ¿estás de acuerdo?

Por ejemplo, una de tus compañeras llamada Teresa, a quien invitaron a dar una plática dirigida a los padres de familia de un centro comunitario al que asiste regularmente, le pide a su maestro Armando que le apoye preparando la ronda de preguntas y respuestas de su exposición.

Así, que tú también ve revisando esta ejemplificación, ya que va a ser muy enriquecedor para ti, te ayudará a perder el miedo a vivir ese momento de preguntas y respuesta en una exposición.

Primero se revisará cual es el tema del que va a platicar.

El tema que tratará Teresa es muy relevante entre los padres de familia y es: Cómo ayudar a los padres a entender a su hijo adolescente. Es decir, apoyarlos, mencionando en la plática los comportamientos más comunes en el adolescente que muchas veces causan molestia en los padres.

Como verás el tema es muy interesante, sobre todo ahora que los padres tienen que pasar más tiempo en casa con sus hijos adolescentes.

Hablando del tema, el profesor Armando le pregunta a Teresa: ¿por qué influyen tanto los amigos en el adolescente?

La respuesta que da Teresa es: porque es la edad en la que el adolescente es más rebelde. Y le pregunta su profesor ¿qué le parece su respuesta?

El profesor Armando le pregunta: ¿realmente crees que esa respuesta contesta a mi pregunta de manera específica? Fíjate, no estoy diciendo que la respuesta esté incorrecta, pero ¿crees que explique realmente lo que te pregunté?

Teresa le responde que la verdad, cree que no.

El profesor Armando le dice que hay que revisar cómo podría ser una respuesta más completa y que, como expositora, deje más convencidos y satisfechos a su audiencia.

Los cambios que va experimentando el adolescente repercuten en la formación de su identidad, y por esa razón identificarse con un grupo de iguales hace que se sienta acompañado en su proceso. De esta manera, el adolescente mejora su imagen personal con la opinión de sus amigos, ya que se mira en el espejo de sus compañeros. Es muy importante para él ser aceptado, apreciado y valorado por su grupo más cercano de iguales.

Le pregunta a Teresa, ¿qué opina de esa respuesta?

A lo que ella dice, que se ve la diferencia de la respuesta, pues es más completa y deja más satisfecha a las personas, con esa respuesta se sentiría más segura pues realmente brinda información.

El profesor Armando le dice que esa parte de información es la que ella debió estudiar y le realiza otra pregunta: ¿realizaste tu cuestionario con posibles dudas que tuviera tu auditorio al terminar tu explicación?

Teresa le responde que ahora si la agarró en curva, que, ¿qué tiene que ver esa pregunta con su tema?

El profesor Armando le dice que con su tema en específico nada, pero que con la preparación de esta herramienta podrá responder preguntas.

Teresa pregunta que si ¿es posible anticiparse a las preguntas y respuestas?

El profesor Armando le dice que sí, y no es que seas una bruja y adivine el futuro, pero, para preparar la ronda de preguntas y respuestas, es necesario realizar un cuestionario previo con posibles preguntas y respuestas.

Al ir revisando esta ejemplificación te puedes dar cuenta que esta herramienta te podría ayudar en tus exposiciones.

Pero ¿cómo la puedes realizar?

Cuando preparas una exposición, siempre haces un cuestionario previo que te ayuda a guiar tu investigación. Bueno, pues también te puede apoyar en él como una forma de saber cuáles pueden ser las posibles preguntas que te haga el auditorio.

También ya se había hablado del espanto y miedo. Los nervios siempre van a estar presentes al hablar y exponer ante un auditorio. El miedo sólo se presenta si no te preparas lo mejor posible.

Ahora, vas a revisar qué preguntas posibles te puede hacer el auditorio.

Retomando el ejemplo del tema de Teresa, a ella se le ocurrió que le podrían preguntar: ¿por qué los adolescentes quieren dormir hasta tarde?, pero también dice que se imagina que los papás van a decir que es porque sus hijos no son responsables, que se quedan jugando o chateando hasta la madrugada, etc.

Su profesor Armando le dice: ¡Por supuesto que van a decir eso!, pero entonces a ti te corresponde direccionar o complementar la respuesta. ¿Qué le agregarías al argumento de los padres de familia?

Teresa le dice que agregaría: que a los adolescentes siempre les parece pronto para acostarse y pronto para levantarse; esto se debe a que el reloj del sueño se retrasa en la adolescencia. Que ella investigó, que la melatonina, que es la hormona que induce el sueño, se segrega cada vez más tarde a partir de la pubertad, por eso tienen problemas para conciliar el sueño y no se van pronto a dormir.

Además de que también influyen factores medioambientales, como los celulares y las videoconsolas, porque su luz artificial disminuye la cantidad de esta melatonina segregada, y por eso no sienten la necesidad de irse a dormir.

Su profesor le dice que en este caso le pareció adecuado que repensará la pregunta, es decir, que se diera el tiempo para responder. Pero también se le ocurre que cuando le hagan la pregunta, ella se desenvuelva y dependiendo de lo que le contesten sólo complemente la respuesta.

Tere le comenta que está bien, que eso hará que ella se sienta más cómoda en el momento de preguntas y respuestas. Y que hará participe al auditorio con una forma de calamar el ambiente.

El profesor le dice que eso está bien, pero que debe asignar el momento de preguntas y respuestas, así como indicar el orden para que cada una de las personas que así lo desean hablen una por una. Que no faltará quien le pregunte durante la exposición y en ese momento ella le tendrá que mencionar que habrá un momento para ello.

Otra pregunta que le hace sobre su tema es: ¿Por qué los adolescentes pasan tantas horas en el baño o frente al espejo?

Teresa le dice que esa respuesta no la tiene, que no sabría que decir.

Y el profesor le pregunta ¿Y si te hicieran esa pregunta?

Teresa responde que se bloquearía.

El profesor Armando le dice que podría decir al interlocutor que no tiene la respuesta en ese momento, pero que entre todos la podrían investigar, o también podría expresar que le gustaría escuchar la repuesta de alguien del auditorio, entre todos se ayudan.

Lo más importante es que Teresa, en este caso, este consciente de que direcciona la ronda de preguntas y respuestas. Siempre una pregunta la va a llevar a otra y así sucesivamente, y puede terminar en una discusión sobre diversas opiniones y saberes de todo mundo, esto no está mal. Puede permitirlo, siempre y cuando ella sea la que cierre la ronda y concluya.

El profesor Armando le dice a Teresa que la ve pensativa. Y le dice que cree comprender por dónde van sus inquietudes, pero que no se preocupe. Y le dice que le dirá algo que le dará tranquilidad: como estudiante no está obligada a saberlo todo, pero sí está obligada a aprender y prepararse como tú cada vez más, y ¿sabes cómo?, pues leyendo mucho y documentando el tema de la manera más completa que se pueda.

Después de revisar esta ejemplificación. Tanto Teresa como tú, en la exposición en el momento en que respondan preguntas ante la audiencia, requieren de preparación, obviamente utilizando el guion de exposición para organizar tu información, tomando en cuenta hasta la que no incluyes en el mismo, pero que también leíste; así como experiencias que también tengan que ver con el tema; de todo te tienes que valer, pero sin improvisar.

Se te invita a ver el siguiente video, que, si bien no te dice cómo preparar preguntas para una exposición, sí te dice cómo preparar tu energía para estar relajado al exponer y, por consiguiente, a la hora de las preguntas y respuestas.

  1. Recomendaciones para exponer en público

https://www.youtube.com/watch?v=gn21ze7GZCQ

Revisa del tiempo 03:40 al 05:20.

Las herramientas de las que habla la especialista en el video, además de todo lo que se menciona, te serán de gran utilidad para no estar nervioso o nerviosa durante la exposición y a la hora de las preguntas y respuestas.

Qué te parece si se puntualizan las estrategias que acabas de revisar para tomarlas en cuenta cuando respondas preguntas ante un auditorio y se agregan otras que también te pueden ser de mucha utilidad.

  1. Determinar con anterioridad las posibles preguntas con sus posibles respuestas.

Esto se refiere a que mientras preparas tu presentación y exposición, realices una lista de las posibles preguntas que puedan surgir y elabores tus respuestas. Para lograrlo, hay que ponerte en el lugar de la audiencia y pensar en las preguntas que ellos te podrían hacer. También sirve practicar tu presentación ante otras personas de confianza, pidiéndoles que te planteen las interrogantes que les puedan surgir. Hay que prepararse anticipadamente a las preguntas con el mismo énfasis que le das a la preparación de tu exposición.

  1. Asignar el momento para las preguntas.

Las preguntas que realiza la audiencia muchas veces pueden agotar el tiempo que tienes determinado para la exposición, por eso es preferible que, desde el principio, en la introducción, menciones al público que sus preguntas las vayan anotando para verlas al final y que, seguramente, durante el desarrollo de la exposición, esas inquietudes quedarán aclaradas. Si a pesar de esto alguien plantea una pregunta en medio de tu presentación, no tengas temor de decirle “permíteme aclararte esa duda al final” o darles una respuesta concreta si así lo permite el desarrollo de tu exposición.

  1. Replantear la pregunta para pensarla y ganar tiempo.

Antes de responder cualquier pregunta, es recomendable que repitas la pregunta con tus propias palabras para asegurar que tanto tú como el público, la hayan entendido correctamente; esto también brinda la oportunidad de que todo el público escuche la pregunta y lo más importante, te dé tiempo a organizar tu respuesta.

  1. Si no sabes la respuesta, admítelo.

Ésta es muy buena, muchas veces no es necesario saber todas las respuestas, incluso cuando estás bien preparado, pueden presentarse muchas ocasiones en las que desconozcas la respuesta a una pregunta. Cuando eso ocurra, puedes decir: “No sé, pero averiguaré para tener una respuesta pronto”; y es más, puedes, en ese mismo momento, consultar la respuesta con ayuda de tu dispositivo electrónico, si dispones de él, o reconocer que no la sabes e invitar a la audiencia a que te apoye con la respuesta.

  1. Ofrecer tu mejor suposición.

Otras veces, en las que no tienes la respuesta a una pregunta, te ves obligado a contestar sí o sí. En estos casos es recomendable que des una respuesta general, sin ser específico, algo como “basado en mi experiencia o en lo que sé, la respuesta podría ser la siguiente”.

  1. Anotar las preguntas, que a su vez tienen incluidos varios cuestionamientos a responder.

Este punto es importante porque te ayuda a evitar la desesperación y sobre todo a sentirte abrumado con preguntas complejas. Así que se vale darte el tiempo de anotar la pregunta para posteriormente regresar a ella y contestarla con calma.

  1. Encauzar la ronda de preguntas y respuestas cuando se salga de contexto.

Aquí es importante que, aunque existan audiencias difíciles que te pongan en aprietos por el tipo de preguntas que hacen, con toda calma y actitud positiva manejes la situación encauzando el tiempo destinado a las preguntas y respuestas, específicamente al tema que estas tratando.

Con estas propuestas, puede bajar mucho tu incertidumbre y tu estado de ansiedad. Ahora sabes que todo debe llevarse a cabo con calma y obvio con mucha preparación.

Es importante la práctica constante de la técnica de la exposición, para que la domines, es como cuando prácticas un deporte y de pronto dejas de practicarlo. Pierdes la agilidad y la flexibilidad.

Lo mismo pasa con la técnica de la exposición. Entre más practiques hablar frente a una audiencia, se te facilitará más interactuar con ella a la hora de responder preguntas y aclarar dudas.

Ahora realizarás una actividad que se nombrará: ¿Tú qué harías?

Imagina tres casos hipotéticos cuando te enfrentas a la ronda de preguntas y respuestas.

Primer caso.

Imagina que, a la mitad de tú exposición, alguien levanta la mano para preguntar o comentar algo.

¿Cuál de las siguientes opciones escogerías?

  1. No hacerle caso.
  2. Pedirle que nos deje terminar de exponer la idea, y que en un momento nos encantaría escuchar lo que nos tiene que decir.

La respuesta sería que, hay que tomar siempre en cuenta a tu audiencia, y la mejor opción es la letra b.

Y no sólo tomar en cuenta las dudas del público, también este recurso te sirve para bajar el nivel de tensión.

Segundo caso.

Piensa que te preguntan algo sobre lo que no tienes respuesta, porque no lo sabes. ¿Qué crees que tendrías que hacer ante esta situación? Las opciones son:

  1. Decir con respeto y amabilidad que dicha pregunta escapa a lo que conoces y lo que sabes, pero que lo pueden responder entre todos.
  2. Decir “no sé” y dejar a la audiencia con la duda.

La respuesta sería la primera opción.

Como puedes ver, este tipo de estrategias reducen mucho tu miedo a responder preguntas de la audiencia. Se reitera que es indispensable la preparación y la práctica. Ahora revisa el último caso.

Cuando alguien del público te hace una pregunta que tiene varias preguntas incluidas, ¿qué harías?

  1. Desesperarte y ser grosero con tu interlocutor.
  2. Anotar la pregunta e ir contestando punto por punto con paciencia y siendo concreto.

La respuesta es la segunda opción.

Como revísate, es bueno conocer estas estrategias que muchas veces desconoces o nunca las tomas en cuenta como alumno. La única preocupación real es prepararte muy bien, leer mucho sobre el tema, entenderlo, analizarlo hasta cuestionarlo y platicarlo con personas cercanas. No cometer el error de aprenderte de memoria la información, ni ensayar tus posturas, porque esos detalles te ponen más nervioso.

El conocimiento no debe ser acartonado, porque entonces te metes en los problemas que se han mencionado a lo largo de esta sesión. Por estar cuidando ser perfectos, entras en pánico. Y no se trata de eso. El aprendizaje debe disfrutarse. En estos tiempos ya no aplica el dicho: “La letra con sangre entra”. Así que tanto maestros como padres de familia y alumnos, se deben de relajar para aprender.

Ahora, se resumirá lo que viste en esta sesión, para que te quede más claro.

  • Viste que es importante mantener la calma llegado el momento de la resolución de dudas y pensar bien tus respuestas. Si fuera en equipo, apoyarse en el conocimiento del compañero, ceder la palabra y respetar los turnos.
  • Realizar preguntas a tu tema de exposición y dar posibles respuestas pensando en lo que la audiencia puede preguntarte.
  • Asignar el tiempo para la ronda de preguntas y respuestas, abordando las respuestas de manera concreta para respetar dicho tiempo.
  • También hay que reconocer que no siempre tienes la respuesta a todas las preguntas, y hacer partícipe al público para buscar la respuesta entre todos, o darla en otro momento.
  • Poner en juego, dentro de tu ronda de preguntas y respuestas, tus experiencias, si es que las tienes, relacionadas con el tema que estas tratando en la exposición.
  • Realizar anotaciones de preguntas complejas para irlas analizando y respondiendo de forma pausada y tranquilamente.
  • Y, por último, no dejar que el momento de responder preguntas se salga de contexto, es decir, encauzar las preguntas, específicamente, al tema que estas exponiendo.

Has concluido el tema del día de hoy.

El reto de hoy:

Revisa tu libro de texto en el aprendizaje esperado y realiza las actividades que ahí se te piden.

Además, practica frente de tu familia, amigos y maestros, platicar sobre algún tema de tu agrado y responder preguntas sobre ese tema.

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

Para saber más:

Lecturas

https://libros.conaliteg.gob.mx/secundaria.html

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