Manos a la obra

 

Manos a la obra

Aprendizaje esperado: escribe cuentos de un subgénero de su preferencia.

Énfasis: elaborar portadores textuales.

¿Qué vamos a aprender?

A lo largo de tu aprendizaje, has trabajado con la escritura de cuentos, la elección de los personajes, ambientes y emociones que quieres transmitir; además, has revisado el uso de nexos temporales con palabras como “mientras”, “luego” o “cuando”, y frases adverbiales para dar claridad a tus textos, cuidando la ortografía y generando expectativa. Has escrito y leído una gran cantidad de textos, y realizado muchas recopilaciones. Como sabes, la finalidad de recopilar cuentos es poder publicarlos y compartirlos, y por eso en esta ocasión el aprendizaje esperado es: “Escribe cuentos de un subgénero de su preferencia”, específicamente con el propósito siguiente: “Elaborar portadores textuales”, que permitan formar nuevos lectores de subgéneros narrativos.

¿Qué hacemos?

¿Alguna vez has visitado una biblioteca?, ¿has observado cómo están acomodados los libros?, ¿sabes qué función realiza un bibliotecario?

La biblioteca es el lugar donde podemos encontrar una amplia cantidad de libros ordenados y clasificados para su consulta o préstamo bajo determinadas condiciones. La bibliotecaria o bibliotecario es la persona encargada de cuidar, ordenar y clasificar los libros para facilitar al público la consulta o préstamo.

En esta sesión elaborarás un portador textual para colocar los cuentos que has escrito, por lo tanto, este portador contendrá una gran variedad de historias, igual que una biblioteca. Y tomando en cuenta que agregarás varios textos, podríamos decir que te convertirás en bibliotecaria o bibliotecario encargada o encargado de cuidar, ordenar y clasificar cada cuento, permitiendo que los posibles lectores localicen fácilmente los cuentos que pertenezcan al subgénero narrativo que les interesa leer.

Para poder definir qué son los portadores textuales, imagina que tienes en tus manos algunos de los cuentos que has escrito. ¿Cómo los darías a conocer?, ¿entregarías hojas sueltas a todo aquél o aquélla que quisiera leerlos? No, probablemente lo mandarías a engargolar e incluso agregarías una portada para darle una mejor presentación a tu trabajo. Esa especie de libro que acabas de formar es un portador textual.

El concepto se compone de dos palabras: “portador”, es decir, algo que lleva, que contiene, y “texto”, que son todos los escritos. Por lo tanto, una definición rápida sería: “materiales que portan o contienen textos”. Los portadores textuales son una recopilación de distintos formatos (libros, diarios, revistas, carteles, etcétera) que sirven para difundir información escrita acerca de un tema específico. Esta información puede difundirse en soporte físico o digital.

Los portadores textuales están ampliamente relacionados con la antología, aquello que definimos como una colección de obras (cuentos, fábulas o poemas, por mencionar algunos tipos de obras), que fueron seleccionadas por su valor o calidad. La función principal de una antología es divulgar las obras más representativas de un autor, género o tema.

Dentro de los portadores textuales podemos encontrar dos clasificaciones: los libros, que son obras escritas o impresas con la extensión necesaria para formar un volumen, y fascículos, textos breves que forman parte de un libro o historia, publicados poco a poco de manera sucesiva.

Nuestra vida, por ejemplo, está formada de diversos fascículos, pequeñas historias llenas de experiencia que escribimos día con día mientras continuamos creciendo y aprendiendo.

Otros portadores textuales son:

  • El cartel: expone un tema de interés para el público en general, y brinda un texto breve, claro y conciso. Presenta la información con letra grande para visualizarla fácilmente y agrega imágenes que logran atraer la atención de otras personas.
  • El folleto: este portador textual puede encontrarse en los dípticos o trípticos, los cuales se distinguen por su estructura: el díptico tiene dos caras, mientras el tríptico se conforma de tres. En la portada de estos folletos se coloca el título de la información o tema que se esté abordando; en los apartados siguientes se desarrolla el contenido de manera sintetizada, colocando sólo los puntos más importantes. Algunas veces se agregan también imágenes para ejemplificar y despertar el interés de otros.
  • La revista: se trata de publicaciones periódicas que tienen un tema común. Las revistas también suelen tener una extensión menor a la de los libros, y su encuadernación es en formato rústico, también llamada de tapa blanda, es decir, con una cubierta de papel grueso, que se engrapa o se empasta térmicamente.

Estos son sólo algunos ejemplos de los diversos portadores textuales que podemos encontrar para compartir información con otras personas, pero existen muchos más con características específicas.

Ahora revisarás de qué manera se pueden clasificar los cuentos para conformar tu portador textual.

Una clasificación es la organización que se realiza para ordenar algo específico con características similares. Si tu fueras bibliotecaria o bibliotecario, ¿cómo ordenarías y clasificarías diferentes libros?, específicamente, piensa en textos de subgéneros narrativos, ¿cómo los ordenarías?

  • ¿En orden alfabético?
  • ¿Por el título del cuento?
  • ¿Por el nombre del autor?
  • ¿Por el subgénero narrativo al que pertenece el texto?

Podrías ordenarlos alfabéticamente, con el título de cada texto, porque la palabra o frase utilizada para nombrarlo, puede despertar el interés de posibles lectores. Por eso es recomendable buscar títulos atractivos y relacionados con la trama de la historia.

O si prefieres clasificar tu portador de textos por subgéneros narrativos o por el nombre de las y los autores, puedes hacerlo, lo importante es que los lectores comprendan el criterio y propósito que se siguió para integrarlo, y entiendan que dicha colección tiene una unidad. Eso sí, una vez que te decidas por un criterio de clasificación, debes conservarlo para ordenar todos los cuentos que integrarán tu portador textual.

Ahora que conoces esta información: observa y lee el siguiente ejemplo del índice de una antología, y determina de qué manera están clasificados los contenidos.

Si notaste, la clasificación del índice está organizada por orden alfabético basado en el país de origen.

Ahora comienza a estructurar las secciones que agregarás a tu portador textual. Lo primero que debes añadir es la PORTADA: esa página que presentará tu recopilación de cuentos y se colocará al inicio para indicar el título y el nombre del autor o autores.

En algunos casos, las portadas se acompañan de una ilustración relacionada con el contenido. No siempre el libro necesita de una ilustración, pero el gran volumen de obras literarias que circula en librerías y bibliotecas puede provocar que grandes títulos pasen inadvertidos. Para que ninguna obra se hunda en el olvido, es necesario tomar decisiones adecuadas a la hora de construir y diseñar una portada.

Después de la portada, generalmente encontramos el ÍNDICE: la lista de palabras o frases definidas como títulos o encabezados que permite la ubicación del material al interior del libro, fascículo, antología o portador de textos. El orden que se agregue a dicho listado dependerá de la clasificación que se asigne; como lo revisaste anteriormente, ésta puede seguir una lógica alfabética basada en el título del cuento, nombre del autor o subgénero narrativo, entre otras.

En este apartado suelen agregarse también los números de las páginas donde encontramos cada título para localizar el contenido de interés con facilidad.

Además de la portada y el índice, podemos agregar una PRESENTACIÓN donde se proporcione una breve explicación de cómo está conformada la recopilación, señalando que contiene cuentos de subgéneros narrativos elaborados por alumnas y los alumnos que cursan el primer grado de secundaria.

Después de la presentación, será importante agregar una breve SEMBLANZA o datos de las y los autores de dichos textos, incluyendo información específica sobre sus gustos literarios, el título de la obra, el lugar y año de publicación, además de una síntesis del texto, agregando los mismos datos que normalmente se utilizan en una reseña.

Para finalizar, agregarás la parte más importante de tu portador textual: LA SELECCIÓN DE CUENTOS, recopilando las historias que escribiste de manera individual a partir de un proceso que incluyó los siguientes pasos:

Primero te convertiste en escritora o escritor y comenzaste a desarrollar una historia a partir de un conflicto. Para hacerlo, tuviste que recordar las características del cuento y de cada subgénero narrativo, como ciencia ficción, terror, policiaco o aventuras, después de lo cual seleccionaste uno de ellos y empezaste a escribir tu historia. Después creaste personajes y escenarios para elaborar una trama y superar el conflicto en el lugar donde ocurrían los hechos. Además, revisaste el proceso de escritura para la elaboración de un cuento, comenzando por la planeación para conocer las partes que forman este tipo de textos.

A través de un esbozo surgido del proceso de planeación, decidiste:

  • El título de la narración.
  • Los personajes principales.
  • El planteamiento o presentación de los personajes tomando en cuenta el subgénero narrativo.
  • Y el conflicto, desarrollo, clímax y desenlace, también según las características del subgénero que elegiste.

Más adelante comenzaste a escribir el primer borrador, revisaste el contenido, escribiste el segundo borrador, revisaste los aspectos gramaticales y escribiste la versión final.

Tanto esfuerzo y dedicación merece ser reconocido, por eso, los cuentos que escribiste deben ser publicados en un portador textual para que otras personas conozcan tu trabajo y lean tus historias y experimentaciones en diferentes subgéneros narrativos.

Así que manos a la obra, elabora tu portador textual.

La elaboración de los portadores textuales se puede realizar de manera física o a través de medios electrónicos, en ambos casos necesitas hacer uso de tu creatividad. Si haces uso de medios electrónicos como teléfono o computadora para crear tu portador textual, necesitas elaborar o transcribir tu cuento en un procesador de textos e integrar tus historias en un solo documento. También podrás:

  • Determinar y aplicar márgenes a cada página para poder ajustar el texto.
  • Colocar el número de página, ya sea en la parte superior o inferior.
  • Variar el tipo y tamaño de letra para mejorar su legibilidad y
  • Modificar el espacio entre renglones (interlineado).

Asimismo, procura que varias páginas o todo el documento tengan el mismo formato.

No olvides agregar una portada con diseño agradable, sin saturarla de imágenes, y colocar un título atractivo que despierte el interés de posibles lectores.

Agrega también el índice respetando la clasificación que determinaste; los procesadores de texto tienen herramientas que te ayudan a generar índices. Incluso, puedes hacerlo tan sólo con usar una tabla. Después incluye una presentación añadiendo una explicación breve de la estructura de tu portador y una semblanza que mencione los datos más relevantes de las y los autores de los cuentos que incluirás en tu trabajo, considerando las características que revisaste con antelación. Puedes agregar imágenes y diseños que resalten la presentación de tu trabajo. Para conservar dicho formato y evitar que haya cambios en el diseño seleccionado, al momento de enviarlo a tu maestra o maestro, guarda tu portador en un archivo cerrado, esto evitará que existan modificaciones en la distribución del contenido, tamaño o tipo de letra, márgenes y espacios.

Realizar tu portador textual a través de medios electrónicos puede resultar la mejor opción si es que te encuentras estudiando desde casa, bajo un modelo híbrido, utilizando todos los recursos de la educación a distancia. Esto permitirá que puedas reunir los cuentos de todos tus compañeros de clase en un solo portador textual, y que las historias de los diferentes subgéneros narrativos que escribieron puedan compartirse con más personas.

Sin embargo, también puedes elaborar portadores textuales físicos utilizando los recursos que tengas disponibles. Para hacerlos necesitarás:

  • Cartón
  • Estambre o listón
  • Tijeras
  • Hojas blancas

Pero si no tienes a la mano alguno de estos materiales, no te preocupes, puedes sustituirlo por otro, lo importante es que permitas que tu creatividad surja. Toma el pedazo de cartón que tengas disponible y córtalo en dos partes iguales, déjalas de lado y agrega las hojas necesarias para colocar los elementos que debe contener un portador textual. Si no tienes hojas disponibles, pon mucha atención porque en esta sesión aprenderás a elaborarlas. Para hacerlas necesitarás:

  • Hojas de reúso
  • Agua
  • Un bote
  • Una licuadora o triturador
  • Toallas o trapos
  • Periódico
  1. Corta en pedazos pequeños las hojas de reúso: entre más pequeños sean, mejor. Calcula que por cada dos hojas de papel que utilices, obtendrás una de papel reciclado.
  2. Coloca agua en el bote y agrega los trocitos de papel para que se remojen por lo menos dos horas. Si te es posible, déjalos remojando toda una noche.
  3. Cuando haya transcurrido el tiempo, retíralos y colócalos en la licuadora con un poco de agua o cualquier triturador que tengas en casa; para este paso conviene que te supervise alguna persona mayor de edad. Licua hasta obtener una consistencia espesa.
  4. Coloca la toalla en una superficie plana y con un trapo más pequeño envuelve un poco de la mezcla que obtuviste al licuar el papel, quita el exceso de agua y manipula la masa aplanándola hasta que quede una superficie delgada. Puedes apoyarte de una regla para darle una forma rectangular o, una vez seco, recórtalo con el diseño deseado. El tamaño de la hoja dependerá de la cantidad de mezcla que coloques en el trapo.
  5. Con otro trapo absorbe toda el agua posible hasta quitar la humedad. Es importante que sea un trapo liso sin figuras porque será éste el que le dé la textura al papel. Para mayor absorción, coloca el trapo, luego hojas de periódico, una toalla y mucho peso; puedes apoyarte de un elemento pesado y presionar con fuerza para prensar el papel. Repite tantas veces como sea necesario hasta que el papel haya secado en su totalidad.
  6. Una vez seco el papel, estará listo para usarse. La textura que obtendrá cada hoja le dará un efecto único a tu portador de textos.

Ya que hayas terminado de elaborar tus hojas recicladas, haz por lo menos cinco orificios en ellas, puedes apoyarte de tus tijeras o una perforadora para realizarlos en la parte superior o en un costado de la hoja, pero es importante que todos los orificios se encuentren en el mismo extremo y que coincidan entre sí. Repite la acción con los trozos de cartón que recortaste al inicio y colócalos en los extremos para proteger las hojas que elaboraste.

Agrupa todo el material y únelo con un pedazo de estambre, listón, cordón o lazo que tengas en casa. Toma un extremo del objeto que hayas seleccionado y pásalo por todos los orificios. Asegúrate de que sea lo suficientemente largo para que alcance a unir todas las hojas. Al terminar, haz un nudo en ambos extremos para que las páginas queden ensambladas como un cuaderno.

Ahora que tienes la base de tu portador textual, pon manos a la obra y comienza la decoración de la portada. Elije uno de los trozos de cartón y coloca el título de tu antología. Puedes hacer las letras con un objeto puntiagudo, rasgando con cuidado la superficie, o utilizar su lápiz o bolígrafo y decorarlo haciendo uso de tu creatividad; también puedes recortar trozos de revista o periódico con la forma de cada letra que conforma tu título y pegarlas en el cartón formando la palabra. Cualquier objeto que tengas disponible en casa puede ser útil para darle una buena presentación a tu portador textual.

En las hojas recicladas, localizadas en la parte interna del cuadernillo, agrega el índice, la presentación y semblanza, así como los cuentos de los diferentes subgéneros narrativos que seleccionaste, agregando los elementos que caracterizan cada apartado.

Esta es sólo una idea que puedes tomar en cuenta para crear tu portador textual de manera física. Si tienes otros materiales disponibles en casa, como cartulinas, papel cascarón, hojas blancas o de color, fomi, tela, plumones, lápices de colores, botes de pintura, botones o estambre, puedes usarlos también.

Una vez que hayas terminado, lo siguiente será compartir tu portador textual con alguien más para que los cuentos se conozcan. Después de la lectura, te sugerimos que hagas a tus lectores las siguientes preguntas:

  • ¿Qué opina acerca de la colección de cuentos?
  • ¿Qué texto fue el que más le gustó?
  • ¿Por qué?
  • ¿Qué se podría modificar de la recopilación para que mejore?
  • ¿Hay algún subgénero literario en particular que te gustaría leer en una selección de cuentos?

Puedes mencionar que la información será confidencial y no se revelará el nombre las personas consultadas. Las respuestas pueden realizarlas de manera oral o escrita; si lo hacen de forma oral, es importante que registres en tu cuaderno los comentarios que el lector haga sobre tu antología.

Repite esta actividad con al menos tres personas o familiares más, y compara sus respuestas:

-¿Coincidieron en sus opiniones?

-¿Existen respuestas contradictorias?

-¿Qué subgénero literario prefieren leer?

-¿Qué opinas de aquello que te sugirieron mejorar en tu antología?

Realiza las anotaciones que te hayan parecido importantes. Y si consideras necesario hacer algunas modificaciones en tu portador textual a partir de tus observaciones, toma también en cuenta las opiniones que te proporcionaron tus lectores: ese es el objetivo de la actividad.

No olvides revisar tus apuntes y consultar tu libro de texto de Lengua Materna para poder afianzar los conocimientos y realizar tu portador textual, añadiendo todas las características que revisaste durante la sesión. Al realizar la consulta, ubica el aprendizaje esperado: “Escribe cuentos de un subgénero de su preferencia” para que puedas integrar y complementar lo revisado en esta sesión.

Te invitamos a que compartas con tus familiares y amigos tu portador textual para que descubras que hay grandes cuentos en el mundo y grandes mundos en los cuentos.

El reto de hoy:

Elabora en tu cuaderno un cuadro comparativo de los portadores textuales que revisaste. Puedes tomar como ejemplo el siguiente esquema.

Para desarrollar este reto, escribe el nombre del portador y menciona sus características; al finalizar, investiga en diferentes fuentes de consulta o pregunta a tu maestra o maestro y agrega tres portadores textuales más.

El diseño y decoración de tu portador textual es un reto más que puedes realizar.

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

Para saber más:

Lecturas

https://www.conaliteg.sep.gob.mx/

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