¿Dónde y cuándo? La segunda Revolución Industrial
¿Dónde y cuándo? La segunda Revolución Industrial
Aprendizaje esperado: reconoce los principales procesos y acontecimientos mundiales de mediados del siglo XIX a mediados del XX.
Énfasis: ubicar temporal y espacialmente: segunda Revolución Industrial.
¿Qué vamos a aprender?
En la sesión del día de hoy, se abordará un tema perteneciente a la asignatura Historia 1, en el que ubicarás temporal y espacialmente a la segunda Revolución Industrial.
¿Qué hacemos?
Relacionado con el tema de hoy, en la sección “Leer para conocer”, se compartirá un fragmento adaptado de la obra La era del capital, 1848-1875, de Eric Hobsbawn. Prepara tu imaginación y recrea con esta historia las ciudades industriales de la segunda mitad del siglo XIX. Y dice así:
“La típica sociedad industrial de este periodo era aún una ciudad de tamaño medio, incluso con arreglo a los patrones contemporáneos, aunque se dio el caso, en la Europa central y oriental, de que algunas capitales (que tendían a ser muy grandes) se convirtiesen también en los principales centros manufactureros, por ejemplo, Berlín, Viena y San Petersburgo. […]
[…] Realmente, las antiguas ciudades preindustriales más famosas no solían atraer los nuevos modos de producción, por lo que las nuevas regiones industriales típicas asumieron, generalmente, la forma de una especie de crecimiento convergente de pueblos aislados que se convertían en ciudades pequeñas, y luego se transformaban en otras mayores.
No eran aún las vastas zonas ininterrumpidamente edificadas del siglo XX, aunque las chimeneas de las fábricas, que con frecuencia se extendían a lo largo de las cuencas de los ríos, los apartaderos del ferrocarril, la monotonía de los ladrillos descoloridos y el sudario de humo que se cernía sobre todo ello, les confería una cierta coherencia. Todavía no eran muchos los habitantes de las ciudades que se hallaban a una distancia del campo mayor de la que podían cubrir caminando. Hasta la década de 1870 las mayores ciudades industriales de Alemania occidental, como Colonia y Düsseldorf, se llenaron de campesinos provenientes de la región circundante, que llevaban sus artículos al mercado semanal.
En cierto sentido, el choque producido por la industrialización residía, precisamente, en el brutal contraste entre los poblados, negros, monótonos, atestados y torturados, y las coloristas granjas y colinas que los rodeaban; así Sheffield era descrita como «ruidosa, humeante, aborrecible [pero] rodeada por todas partes por uno de los paisajes más encantadores que puedan encontrarse en el planeta.
Esto es lo que permitió, aunque cada vez en menor medida, que los trabajadores de las zonas recientemente industrializadas siguieran siendo medio agricultores.
Hasta después de 1900 los mineros belgas, en la estación adecuada, dedicaban algún tiempo a cuidar de sus campos de patatas (y si era necesario llegaban a hacer una «huelga de la patata» anual). Incluso en el norte de Inglaterra los parados de la ciudad podían volver fácilmente a trabajar en las granjas cercanas durante el verano”.
Hasta aquí la lectura.
¿Qué te pareció? Como pudiste leer, la industrialización cambió radicalmente el modo de vida de la sociedad del siglo XIX.
En relación con los cambios que trajo consigo la segunda Revolución Industrial. ¿Qué opinas? ¿Cómo crees que sería la sociedad ahora, si no hubieran surgido esos avances científicos y tecnológicos? Difícil de imaginar verdad.
Comenta tu reflexión con tus familiares. Se reitera que en la vida es fundamental “leer para conocer”.
Después de la primera Revolución Industrial, el mundo cambió profundamente, ya que trajo consigo una serie de transformaciones profundas en la vida de la gente; para comenzar, sustituyó la fuerza de las personas, o de los animales, por la que proporcionaban las máquinas de vapor, y las máquinas aumentaron la producción de bienes de consumo. Además, determinó que ciertas labores productivas debieran llevarse a cabo únicamente en las fábricas.
La utilización de máquinas de vapor provocó que los medios de transporte, como los trenes y los barcos, se volvieran más eficientes y que se intensificaran las redes de comercio en el mundo. La segunda Revolución Industrial se ubica temporalmente entre 1850 y 1950.
El proceso se acentuó cuando comenzaron a utilizarse el petróleo y la electricidad en lugar del carbón, y se inventaron nuevos materiales que hicieron más eficientes a las máquinas; por ejemplo, el uso del acero permitió extender la red ferroviaria, lo que intensificó la producción, distribución y venta de mercancías. También favoreció a la industria naviera y de la construcción, pues se fabricaron barcos más grandes y ligeros, así como puentes y edificios de grandes dimensiones y mayor resistencia.
A la aparición de este conjunto de cambios se les conoce como la segunda Revolución Industrial y gracias a ésta se expandió la economía capitalista en diversos lugares del mundo.
Pero para que te guíes a lo largo de la sesión, se sugiere que consideres las siguientes preguntas:
- ¿En dónde y en qué siglo se desarrolló la segunda Revolución Industrial?
- ¿Qué aportaciones científicas y tecnológicas se desarrollaron durante la segunda Revolución Industrial?
- ¿Qué cambios y permanencias identificas en la sociedad durante la segunda Revolución Industrial y la época actual?
Para conocer un poco más sobre el cambio y la permanencia en el proceso de industrialización en este periodo histórico, observa el siguiente video.
- Cambio y permanencia en la historia.
https://www.youtube.com/watch?v=6tTpsR6xucc&feature=youtu.be
Revisa del tiempo 00:18 al 03:31.
Como pudiste ver y escuchar en el video, la industrialización del siglo XIX, transformó las relaciones económicas, y la vida cotidiana de las personas.
Mientras que en la primera Revolución Industrial se había concentrado en Gran Bretaña, principalmente en el ámbito textil, a partir de 1850 la industrialización permitió el surgimiento de nuevas potencias que buscaron expandir sus influencias más allá de las fronteras.
Algunos países europeos, como Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Holanda, Rusia, entre otros, tenían regiones industriales que se desarrollaron a lo largo del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX; pero también hubo desarrollo industrial en países de otros continentes, como Japón en Asia; en Norteamérica, Estados Unidos de América, y en Latinoamérica, algunos países como México, Argentina y Brasil vivieron una industrialización moderada, que implicó cambios sociales profundos.
La industrialización entró en una fase de desarrollo que impactó el crecimiento social y económico de muchas ciudades europeas. En esta fase se utilizaron nuevas fuentes de energía, como la electricidad y el petróleo, lo que transformó la forma de trabajar, producir, transportarse, comerciar, e incluso cambió los estilos de vida.
Asimismo, con el perfeccionamiento en la extracción del carbón mineral y el hierro y el aumento en la producción de acero, se generaron mejoras en los sistemas de transporte, la industria de la construcción y la maquinaria.
Para conocer algunas aportaciones tecnológicas en la segunda Revolución Industrial observa el siguiente video. - De mediados del siglo XIX a principios del XX. Panorama del periodo.
Revisa del tiempo 00:56 al 3:41.
Como pudiste ver y escuchar en el video, en la segunda mitad del siglo XIX existió un ambiente de innovación tecnológica que modificó las formas de producción.
En 1856 el inventor inglés Henry Bessemer patentó una manera de producir acero, que resultó exitosa e impulsó la industria ferroviaria. El uso del acero permitió extender la red ferroviaria, la industria naviera y de la construcción, lo que intensificó la producción, distribución, venta de mercancías y construcción de puentes y edificios.
En la industria química y la investigación científica destaca el descubrimiento de la pasteurización en 1864, por el químico y bacteriólogo francés Louis Pasteur. Cabe mencionar que en esta época la leche se bebía sin hervir, lo cual provocaba enfermedades gastrointestinales que podían conducir a la muerte, y con la pasteurización se pudo evitar esto; también permitió la conservación de alimentos, que se mejoró con la refrigeración al desarrollarse la tecnología eléctrica.
El uso de la electricidad se generalizó de manera sorprendente dando lugar a una nueva era. Su creciente disponibilidad para el alumbrado, transporte, como los tranvías eléctricos, y los aparatos domésticos, como las estufas y planchas eléctricas. Se tendió al abandono de los aparatos accionados a mano por los movidos mediante pequeños motores eléctricos.
El uso del petróleo, principalmente de la gasolina, permitió el nacimiento de la era motorizada que tuvo lugar en 1876 cuando Nikolas Otto inventó el primer motor de combustión interna, y después se empleó en un automóvil, pero fue la empresa automotriz del estadounidense Henry Ford quien, en 1903, los fabricó a gran escala, a través del sistema de producción en línea, por lo cual el automóvil se impuso como el transporte doméstico más usado. Posteriormente, aparecieron transportes como el autobús de pasajeros y de carga.
La segunda Revolución Industrial también impactó en las comunicaciones. Por ejemplo, en 1854 Antonio Meucci inventa el teléfono, pero fue hasta 1876 que Graham Bell lo patenta; posteriormente, Guglielmo Marconi en 1897 planteó la posibilidad de transmitir señales telegráficas inalámbricas y con ello se preparó el camino para el surgimiento de la radio, la televisión y el teléfono inalámbrico.
El desarrollo de la industrialización a partir de la segunda mitad del siglo XIX impulsó nuevas formas de producción y organización laboral. En la medida que se incrementaba el número de máquinas en los procesos de producción, la fabricación de los productos se consiguió en menor tiempo y en cantidades mucho mayores, comparadas con lo que podían producir los talleres artesanales hasta el momento.
Los productos hechos manualmente decayeron y ya sólo se comercializaban localmente. En cambio, en las grandes fábricas aumentó el ritmo de trabajo y la producción en serie de mercancías comenzó a dominar los mercados urbanos e internacionales.
Esta forma de producción fortaleció la nueva organización laboral que desplazó a los artesanos y los sustituyó por obreros que eran trabajadores asalariados. Los obreros eran hombres, mujeres y niños, los cuales trabajaban largas jornadas en malas condiciones de higiene y con bajos salarios, además no contaban con leyes que los protegieran. Debido a esto, comenzaron a reunirse y formar sindicatos para exigir mejores condiciones de trabajo y la reducción de la jornada laboral.
La industrialización tuvo efectos en el crecimiento de la población, las ciudades y las migraciones. Cuando las fábricas y el comercio se instalaron en las ciudades, atrajeron a muchos campesinos que emigraban en busca de trabajo, con lo que aumentaron en extensión y en habitantes.
Por ejemplo, en el caso de Gran Bretaña en el año de 1700 la población era de 5.8 millones de personas. Cincuenta años después, apenas creció a 6.2 millones. Sin embargo, en el siglo XIX la población creció a un ritmo acelerado: a inicios de 1800 había 9.2 millones y para 1850 casi se había duplicado, llegando a 17.8 millones. Este crecimiento poblacional ocurrió tanto en Gran Bretaña como en el resto de los países industrializados, aunado a la mayor producción de alimentos a través del impulso a la agricultura con maquinaria y fertilizantes, y a los avances en la medicina para disminuir la mortalidad.
En este sentido la industrialización fue la primera causa en el crecimiento y cambio de aspecto de las urbes; pero también en las migraciones, ya que conforme fueron aumentando las fábricas, la población rural emigró hacia las ciudades, pues ahí se requería mano de obra y podían acceder con más facilidad a los servicios. Europeos, asiáticos y africanos se embarcaron en busca de trabajo y asentamiento en tierras lejanas, llegando en algunos casos hasta el otro lado del mundo. Estos migrantes y sus descendientes, aumentaron de forma notable la población, especialmente en América.
Los recién llegados generaron grandes asentamientos humanos, lo que provocó el crecimiento e incluso el nacimiento de ciudades, que requerían viviendas, transporte, agua, luz eléctrica, drenaje y accesos a servicios de salud, entre otros.
La segunda Revolución Industrial integró una cantidad importante de inventos a la vida diaria de las personas. Inventos que transformaron las formas en que se trabajaba, se desplazaba de un lugar a otro y se comunicaba; pero que también influyeron en su salud y en la forma en que vivía en el espacio urbano e incluso en el rural. Como toda revolución, la industrial transformó radicalmente la existencia de las personas y sentó las bases para la configuración del mundo moderno. Ahora sería difícil concebir una vida sin los avances científicos y tecnológicos que actualmente tenemos.
Con todo lo anterior se pueden retomar las preguntas que se plantearon al inicio de la sesión y reflexionar sobre ellas.
- ¿En dónde y en qué siglo se desarrolló la segunda Revolución Industrial?
- ¿Qué aportaciones científicas y tecnológicas se desarrollaron durante la segunda Revolución Industria
- ¿Qué cambios y permanencias identificas en la sociedad durante la segunda Revolución Industrial y la época actual?
Bien has concluido el tema del día de hoy. No olvides que este tema lo puedes encontrar en tu libro de texto en el Bloque 1. También podrás consultar otras fuentes bibliográficas, digitales y audiovisuales que tengas a la mano.
Asimismo, se sugiere consultar en la Biblioteca Juvenil Ilustrada, el libro La historia de la ciencia. Un relato ilustrado del autor Jack Challoner.
El reto de hoy:
Es momento de empezar el reto de la semana. En esta ocasión elaborarás una línea del tiempo mural.
Pero, ¿qué es una línea del tiempo?
Son representaciones gráficas que permiten ubicar hechos, procesos y periodos en un tiempo determinado para saber qué ocurrió antes y qué después, valorar sus duraciones, establecer relaciones y simultaneidad entre ellos. En su diseño se emplean divisiones para señalar los años, lustros, décadas, siglos, milenios o millones de años, según el periodo que se quiera representar.
Para representar el tiempo se pueden utilizar diferentes formas. Puede haber líneas del tiempo horizontales, verticales, diagonales, espirales o incluso es posible utilizar cuadros, imágenes y gráficas.
Los materiales que necesitarás para tu línea del tiempo mural son: hojas de colores, en caso de que no tengas, puedes reciclar papel u hojas blancas que tengas disponibles en casa. También necesitarás pegamento, tijeras, lápiz o bolígrafo y colores.
Para elaborar tu línea del tiempo deberás seleccionar los hechos más importantes y deberás ordenarlos de manera cronológica. Se sugiere que cada hecho lo dividas en colores, un color para cada ámbito: político, económico, social y cultural.
Así mismo, para ilustrarla podrás incorporar imágenes o dibujos del hecho y/o proceso histórico que verás en cada sesión. Puedes guiarte con tu libro de texto para copiar algunas imágenes, buscar en internet o algunas otras fuentes.
¡Buen trabajo!
Gracias por tu esfuerzo.
Para saber más:
Lecturas
https://www.conaliteg.sep.gob.mx/