Recorrido por la historia: México, siglo XIX

 

Recorrido por la historia: México, siglo XIX

Aprendizaje esperado: valora su aprendizaje sobre los procesos políticos, económicos, sociales y culturales desde la Independencia de México hasta la república restaurada.

Énfasis: valorar lo aprendido sobre la historia de México desde el inicio del siglo XIX hasta el fin de la república restaurada.

¿Qué vamos a aprender?

A lo largo de esta sesión se contará con varias secciones, como “jugar para aprender” y además se tendrá la capacidad de trasladarte a cualquier lugar y tiempo en el mundo.

Transitarás desde el inicio del siglo XIX hasta el fin de la república restaurada.

Aprenderás a través de una síntesis informativa de uno de los periodos más controvertidos de la historia.

¿Qué hacemos?

¡La lucha por la autonomía en Nueva España se intensificó!

La insurrección del 16 de septiembre de 1810 encabezada por Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, los hermanos Aldama y otros insurgentes, sembró un espíritu libertador que sería imposible de apagar; incluso tras la muerte de estos caudillos.

Entre quienes continuaron la segunda fase de la lucha, con mayor proyección ideológica y organización militar, destacó José María Morelos y Pavón.

Sentimientos de la Nación: los ideales de Morelos.

Toda lucha necesita una causa legítima. Por ello, Morelos planteaba la formación de una nación libre y soberana. Así convocó en 1813 a un Congreso en Chilpancingo y dio a conocer su texto llamado Sentimientos de la Nación, que establecía principios como la libertad de América, el monopolio del catolicismo, la soberanía popular depositada en tres poderes, la exclusiva concesión de empleos públicos a ‘americanos’ y la abolición de la esclavitud y de la tortura.

Las ideas de libertad, igualdad y soberanía que nutrieron la Constitución de Apatzingán de 1814, emanaron de los Sentimientos de la nación.

Este personaje, quien se autodenominó el “siervo de la nación”, reorganizó al ejército insurgente y emprendió una serie de campañas militares con las que puso en aprietos a las fuerzas realistas.

Después de la muerte de Morelos otros líderes continuaron con la tarea que inició el cura Hidalgo.

Para recordar cómo fue el desenlace de este proceso revisa la siguiente información.

El Castillo de Chapultepec, actualmente sede del Museo Nacional de Historia ha sido un edificio clave en distintos momentos de nuestra historia.

Conocerás sobre la relación del Castillo con algunos de los procesos más relevantes de la historia de México en el siglo XIX.

La sala 6 del museo cuenta con una colección dedicada a la Independencia de México: documentos, armas, pinturas, esculturas, vestuario, entre otros objetos, que pertenecen a las diversas etapas del conflicto y algunos de sus protagonistas. Gracias a las ventajas de la tecnología, puedes hacer una visita virtual el Museo Nacional de Historia y conocer algunas piezas de esta colección.

En las últimas etapas de la guerra de independencia se destacaron dos personajes clave: Vicente Guerrero, uno de los últimos jefes del insurgente, y Agustín de Iturbide, un militar realista reconocido por sus victorias sobre los insurgentes.

Entre 1815 y 1819 la fuerza de la lucha insurgente disminuyó y entró en franca decadencia al verse fragmentada. Algunos jefes rebeldes intentaron mantener viva la lucha iniciada por Hidalgo y Morelos, mediante una guerra de guerrillas con reducidos focos de resistencia; entre ellos estaban Guadalupe Victoria, Manuel Mier y Terán o el español Francisco Xavier Mina.

Iturbide y Guerrero fueron personajes antagonistas que, obligados por las circunstancias, llegaron a un acuerdo para consumar la independencia y romper los lazos con España. Se conformó el Ejército Trigarante o de las tres garantías (independencia, religión y fueros) y se nombró a Iturbide como “Primer Jefe del Ejército”.

El 27 de septiembre de 1821 el ejército Trigarante entró a la Ciudad de México ante el entusiasmo de sus habitantes. Al día siguiente se reunió una Junta Provisional Gubernativa para elegir una regencia que sería encabezada por Agustín de Iturbide y redactar el acta de Independencia del Imperio Mexicano.

Cabe destacar que el proyecto social de Miguel Hidalgo y los esfuerzos legislativos de Morelos no se reflejaron en el proyecto de Iturbide, y los insurgentes ocuparon un lugar secundario en los sucesos de 1821.

¿Quién habría imaginado que la declaración de Independencia sería concretada por un antiguo miembro del ejército realista?

Pero la consumación de la independencia no significó el fin de los conflictos de nuestro país. En las primeras décadas de vida independiente, México experimentó diversas intervenciones extranjeras y conflictos internos y externos.

Texas dijo adiós. México se opuso a su independencia.

El arribo de colonos anglosajones desde el periodo virreinal tenía como propósito el poblamiento del norte del país. En Texas los colonos incumplieron las leyes mexicanas que prohibían la esclavitud y la enajenación de terrenos; sin embargo, el gobierno de México no pudo impedirlo debido a la poca presencia militar en la zona, la falta de recursos económicos y el desorden en la administración del país.

La declaración del centralismo y una nueva ley de colonización que abolía la esclavitud, así como la llegada de más colonos angloamericanos, fueron algunas de las causas de la separación de Texas.

Con el fin de impedir la independencia texana, Antonio López de Santa Anna organizó una expedición militar, pero cometió una serie de errores tácticos que lo obligaron a aceptar que Texas se convirtiera en un Estado independiente. Posteriormente el gobierno mexicano se negó a aceptar este hecho.

Después del conflicto con Texas, nuestro país quedó en una situación vulnerable ante las ambiciones y posibles amenazas de las grandes potencias. Y en efecto, Francia no tardó en hacerse presente. En los años posteriores a la independencia, algunos ciudadanos de otros países se establecieron en México.

Para entonces las rebeliones y los constantes conflictos estaban a la orden del día y como consecuencia los negocios de algunos extranjeros sufrieron daños que, según ellos, significaron grandes pérdidas. Entre ellos estaba un ciudadano francés, que era dueño de una pastelería.

Francia presentó reclamos a México y exigió indemnizaciones a los franceses perjudicados, que iban mucho más allá de lo justo y razonable. Ante la negativa de México por pagarlas debido a su situación económica y el excesivo monto demandado, Francia impuso un bloqueo comercial en el puerto de San Juan de Ulúa, Veracruz en 1838.

Este conflicto logró solucionarse con la intervención de Inglaterra y el compromiso mexicano de cubrir las indemnizaciones.

A pesar de haber concluido el conflicto con Francia, México seguía sumergido en asuntos políticos internos sin resolver. Para entonces se agudizó la tensión entre México y Estados Unidos, como resultado de la separación de Texas en 1836, ya que nuestro país declaró repetidas veces que mantenía sus derechos legítimos sobre el territorio independizado.

El Congreso estadounidense aprobó la incorporación de Texas a los Estados Unidos el 1 de marzo de 1845. Al desconocer México la incorporación de Texas al vecino del Norte, los Estados Unidos de América enviaron tropas para invadir el territorio mexicano, al mando del general Zachary Taylor, que se enfrentaron a las fuerzas mexicanas, encabezadas por el general Mariano Arista. El presidente estadounidense James Polk utilizó este hecho como justificación para declarar la guerra a México el 12 de mayo de 1846.

Continúa con el castillo de Chapultepec, que fue sede del Colegio Militar y escenario de una de las batallas más importantes de la Guerra entre México y Estados Unidos de América.

En este conflicto armado participó Antonio López de Santa Anna uno de los personajes más controvertidos de nuestra historia, quien también tuvo un papel protagónico en la separación de Texas en 1836 y en la primera intervención francesa, llamada Guerra de los Pasteles en 1838, conflicto en el que Santa Anna perdió una pierna, la cual fue enterrada con honores.

La derrota del Ejército Mexicano en estos tres conflictos se explica por múltiples factores, pero uno de ellos es la superioridad técnica y armamentística de los ejércitos extranjeros, así como el caos político por el que atravesaba México.

En cuanto a la guerra que se libró entre 1846 y 1848, la batalla de Chapultepec es una de las más célebres porque el ejército estadunidense enfrentó en su camino hacia la Ciudad de México, a un grupo de jóvenes cadetes que defendieron con valor el Colegio Militar.

Ni Antonio López de Santa Anna ni los valerosos generales y soldados que se lucharon contra la invasión estadunidense pudieron evitar la derrota. El costo fue desastroso, pues México se vio obligado a firmar los Tratados de Guadalupe-Hidalgo, en febrero de 1848, con ello perdió más de la mitad de su territorio.

Se agudizó la pugna entre conservadores y liberales. ¿Qué originó este conflicto?

Para 1857 una nueva constitución liberal fue promulgada, pero no fue bien recibida por todos, la Iglesia amenazó con la excomunión a quienes la juraran, mientras que las autoridades con despedir a los empleados públicos que no lo hicieran.

El país se dividió entre quienes apoyaban la legitimidad de la Constitución y quienes la negaban, iniciando una guerra civil conocida como Guerra de Tres Años o Guerra de Reforma, en la que se enfrentaron liberales contra conservadores.

Los liberales reconocieron como presidente de la república a Benito Juárez, quien en ese momento era el presidente de la Suprema Corte de Justicia; mientras que los conservadores nombraron presidente, de forma alternada, a Félix Zuloaga y a Miguel Miramón. Durante ese tiempo existieron en México dos gobiernos de manera paralela: uno liberal y uno conservador.

Durante la guerra, los liberales publicaron las Leyes de Reforma para complementar la Constitución y respaldar su posición frente a los conservadores y la Iglesia.

Finalmente derrotaron a los conservadores en la Batalla de Calpulalpan, el 22 de diciembre de 1860, logrando que el gobierno legítimo regresara a su sede en la Ciudad de México.

Al concluir la Guerra de Reforma el país enfrentaba una pésima situación económica, el gobierno de Juárez decretó una moratoria o suspensión de pagos de la deuda externa. Los principales acreedores eran Inglaterra, España y Francia, los cuales decidieron intervenir militarmente a México para que cumpliera con sus obligaciones financieras.

Entre diciembre de 1861 y enero de 1862 llegaron al puerto de Veracruz las tropas europeas intervencionistas. Sin oponer resistencia los mexicanos entregaron el puerto y poco más tarde, mediante arduas negociaciones, gracias a las labores diplomáticas de Manuel Doblado, el gobierno de Juárez firmó los acuerdos preliminares de La Soledad y con ello, Inglaterra y España estuvieron dispuestos a buscar una solución pacífica al conflicto.

Por su parte, Francia no aceptó pues su emperador Napoleón III, persuadido por los conservadores mexicanos, pretendía imponer un monarca apoyado por él. El ejército francés avanzó con la intención de ocupar la Ciudad de México.

El 5 de mayo de 1862 tuvo lugar la Batalla de Puebla, donde el General Ignacio Zaragoza, al frente del Ejército de Oriente, derrotó al Ejército Expedicionario Francés que se vio en la necesidad de pedir refuerzos para continuar con su plan de dominar México. Un año más tarde, Federico Forey con cerca de 30 mil elementos, más sus aliados conservadores mexicanos, tomó Puebla y ocupó la capital de la república.

Maximiliano de Habsburgo, el segundo emperador de México, no cumplió las expectativas de los conservadores.

En la Ciudad de México una asamblea de mexicanos, pero organizada por los franceses, decidió adoptar el sistema monárquico como forma de gobierno y ofreció el trono de México al archiduque de Austria Maximiliano de Habsburgo, quien aceptó la oferta el 10 de abril de 1864, firmándose los Tratados de Miramar con los que se formalizó el apoyo de Francia al nuevo imperio.

El Segundo Imperio Mexicano en la práctica gobernó parte del territorio nacional, pero no tenía un sustento jurídico, ya que el gobierno republicano encabezado por el presidente Benito Juárez, continuaba en funciones, aunque de manera itinerante. Por otro parte, el emperador implementó una serie de leyes liberales que decepcionaron y alejaron a los conservadores mexicanos.

El Castillo de Chapultepec, fue conocido como Castillo de Miravalle durante la monarquía que gobernó nuestro país entre 1862 y 1867. Recuerda que Maximiliano de Habsburgo llegó a México en 1862 en compañía de su esposa Carlota, como invitado del grupo de los conservadores, quienes tenían la firme intención de establecer una monarquía en el país y restablecer sus derechos como grupo político.

Entre las acciones del imperio dirigido por Maximiliano y Carlota destacan: la desamortización y nacionalización de los bienes eclesiásticos, la libertad de cultos, el reconocimiento internacional gracias al apoyo de Bélgica, Austria y principalmente de Francia, el impulso de la modernización a través de la publicación del Código Civil y el Código de Comercio elaborado por Teodosio Lares.

Además de numerosos proyectos de carácter científico, en los que tuvieron participación mexicanos como Manuel Orozco y Berra, José Salazar Ilarregui, Francisco Pimentel, Joaquín García Icazbalceta, Antonio García Cubas, José Fernando Ramírez, entre otros, quienes aportaron conocimientos al campo de la lingüística, la botánica, etnografía, geografía, arqueología y mineralogía.

El Segundo Imperio Mexicano también trascendió a las artes al hacer público el esplendor de la monarquía, que se apreciaba en la traza de amplias avenidas y la construcción de monumentos y magníficos edificios públicos, pretendiendo demostrar que el nuevo orden político correspondía a la historia y a las necesidades de México, así mismo, se impulsó la construcción de una historia nacional, a través de retratos y paisajes que hacían hincapié en la fundación del México prehispánico y la emancipación de España.

El fin del Segundo Imperio Mexicano obedece a diversas causas, entre estas destacan que Napoleón III, emperador de Francia, retira el apoyo económico y militar al entonces emperador de México, además, los conservadores se muestran indiferentes ante las decisiones de tendencia liberal tomadas por Maximiliano, que terminan por derrumbar sus intereses conservadores.

La muerte de este personaje en 1867 México refrendó su soberanía nacional frente al mundo. Benito Juárez quien era el presidente en ese momento histórico dijo al triunfar sobre los franceses que era “nuestra segunda independencia”.

Aunque el Segundo Imperio duró poco tiempo, sus propuestas y proyectos forman parte de nuestra historia y merecen ser conocidos y analizados.

El triunfo de la república sobre el Segundo Imperio Mexicano marcó el triunfo del sistema republicano en México y la victoria definitiva de los liberales sobre los conservadores.

En las elecciones para el periodo presidencial de 1867 a 1871, Juárez resultó electo derrotando al general Porfirio Díaz, su más cercano contendiente. Con ello se agudiza la lucha por lucha por el poder al interior del partido liberal. A la muerte de Juárez, en 1872, Sebastián Lerdo de Tejada ocupó la presidencia provisional.

Más tarde Lerdo de Tejada triunfó en las elecciones contra Díaz, quien se levantó en armas y promulgó el Plan de Tuxtepec.

Recuerda algunos aspectos sociales y culturales del periodo estudiado a través de un juego donde podrás pensar sobre lo aprendido hasta ahora.

Realizarás un juego llamado “La Historia detrás de las letras”.

Se trata de descubrir las letras que están en el tablero para adivinar un proceso relacionado con la historia de México, en este caso será sobre siglo XIX.

La dinámica es sencilla: Imagina diez sobres y en ellos hay preguntas. Los participantes eligen un sobre del que se lee la pregunta. Si su respuesta es correcta, el participante elige una letra, en caso de estar en el tablero se descubre y quien adivine los procesos será el ganador.

Si la respuesta es incorrecta será el turno del siguiente participante, quien deberá elegir a su vez un sobre y continuar con el proceso.

La primera pregunta es: ¿Con qué platillo recibieron las monjas del convento de Santa Mónica en Puebla a Agustín de Iturbide, dirigente del Ejército Trigarante, el 27 de septiembre de 1821?

La respuesta es los chiles en nogada.

Y se escoge la letra A.

Existen en el tablero 5 letras A.

La siguiente pregunta dice así: ¿Qué institución se fundó en 1825 para reunir y conservar el patrimonio cultural del país, se instaló en la Biblioteca de la antigua Universidad y se integró con los objetos del Conservatorio de antigüedades mexicanas y del gabinete de Historia Natural?

La respuesta es el Museo Nacional Mexicano.

Ahora se escoge la letra R.

En el tablero hay 6 R.

La siguiente pregunta dice: ¿Qué acontecimiento marcó el fin del Segundo Imperio Mexicano?, ¿dónde y cuándo sucedió?

La respuesta es: Fue el fusilamiento del emperador Maximiliano de Habsburgo en el cerro de las Campanas, Querétaro, en 1867.

Se escoge la letra P.

Esa letra no está en el tablero.

La siguiente pregunta dice: Logró plasmar el lenguaje de la calle en su novela El Periquillo Sarniento, publicada en 1816. Es conocido como el pensador mexicano, ¿de qué personaje se trata?

La respuesta es José Joaquín Fernández de Lizardi.

Se elige la E.

Hay siete letras E en el tablero.

La siguiente pregunta dice: Se le consideró un liberal moderado, en 1857 ocupó la presidencia de México y desconoció la Constitución que él mismo había jurado, con lo que dio inicio la Guerra de Reforma. ¿De qué personaje se trata?

La respuesta es Ignacio Comonfort.

Se escoge la letra O.

La O, sí está y en dos ocasiones.

Y los procesos históricos que se formaron las letras que se escogieron son: “Las leyes de Reforma y la Guerra de Reforma”.

Como lo aprendiste en esta sesión, México pasó por una serie conflictos nacionales e internacionales que reconfiguraron su sistema político. El sistema republicano se consideró el más adecuado para nuestro país y permanece hasta la actualidad.

El reto de hoy:

Para reforzar lo abordado, elabora una línea del tiempo que seguirás trabajando durante la siguiente sesión; en ésta deberás colocar los procesos y hechos históricos acontecidos durante el siglo XIX.

Para superar el reto y ampliar tus conocimientos, puedes consultar el libro de texto de Tercer Grado de Secundaria y, si les es posible, buscar información adicional.

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

*Este material es elaborado por la Secretaría de Educación Pública y actualizado por la Subsecretaría de Educación Básica, a través de la Estrategia Aprende en Casa*.

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