Para crear belleza… bastan las palabras

 

Para crear belleza… bastan las palabras

Aprendizaje esperado: identifica la función y las características de las figuras retóricas en los poemas a partir de un movimiento literario.

Énfasis: examinar contexto y recursos estilísticos en poemas.

¿Qué vamos a aprender?

En esta sesión tendrás contacto con la belleza; con esa noción destinada agradar a la vista, al oído y para cautivar el pensamiento.

¿Cuáles son las necesidades esenciales del ser humano para sobrevivir? Indiscutiblemente protegerse del frío, del calor, dormir, alimentarse. El alimento nutre al cuerpo, pero la complejidad humana requiere también de otro tipo de nutriente para las emociones y pensamientos, y éste lo brinda el agrado por lo que percibes y sientes Una de sus manifestaciones es la belleza. Hoy tendrás un acercamiento a ella.

El aprendizaje promovido pretende, por tanto, recordar el vínculo existente entre la poesía y el entorno donde se produce, así como encontrarse con el conocimiento que permita advertir esos secretos escondidos que encierra el lenguaje figurado y que producen efectos cautivantes en la poesía.

Y tal vez después de este acercamiento, sientas el deseo y la curiosidad de escribir aplicando lo aprendido.

Recuerda que los aprendizajes que aquí se promueven contribuyen en tu formación y son aplicables a tu vida diaria.

“La poesía es la primavera de la literatura”, ha afirmado la poeta española María Victoria Atencia.

Conocerás un poco de los secretos de ese misterio escondido tras las palabras.

Los materiales que vas a necesitar son: tu cuaderno, un bolígrafo y tu libro de texto. También tu ánimo: estar contento y con optimismo es abrir las puertas para los grandes logros; aprender es una de las experiencias más humanas a las que aspiras.

Cada época en la historia de la humanidad ha dejado su huella imborrable, como herencia cultural al mundo y testimonio de acontecimientos sobre los que se ha construido el presente y se erige el futuro.

En todas ellas, la literatura ha acompañado al ser humano, contando y cantando sus aspiraciones, luchas, sentimientos, momentos de gloria, desesperación o infinita tristeza.

¿Qué hacemos?

¿Recuerdas qué son los movimientos literarios?

Se trata de tendencias que reúnen a escritores que comparten ciertos rasgos u objetivos durante un periodo específico.

En cada uno de ellos el contexto histórico y social ha sido determinante, pues la literatura es uno de los espejos que refleja precisamente la vida de la sociedad que les dio origen.

Barroco, Neoclasicismo, Romanticismo, Realismo, Modernismo, Vanguardismo, entre otros, son movimientos literarios que captan con nitidez el pensamiento, inquietudes, costumbres, ideologías de los pueblos del mundo.

Y en todos ellos está la poesía.

Pero ¿qué es la poesía?

Se ha creído que es una de las manifestaciones artísticas más bellas que existe es la literatura.

Ha acompañado al ser humano desde todos los tiempos, alimentando su imaginación y explicando lo que en determinados momentos parecía inexplicable, como el misterio de la vida, la muerte o el amor.

La poesía ocupa un sitio privilegiado, dentro de la literatura, por la libertad de imaginar y ser, de ir a otras mentes y despertar conciencias, de expresar el cúmulo de emociones que exigen salir, como desahogo, del interior de cada ser. Crear poesía es arduo trabajo de la mente hermanada al sentimiento.

Lejos de estar encerrada en los libros, habita en el huerto interno de cada cual, de todo ser que siente y piensa; poesía significa creación, invención, sensibilidad. Es la posibilidad de comprender al mundo.

¿Cuáles son las herramientas para lograr su función? Las palabras. Lo que invade y cautiva son las palabras que conmueven, ellas producen la emoción, clave que sitúa lo poético en el centro mismo de lo humano.

Para comprender la poesía y más aún para escribirla se requiere tener conocimientos del lenguaje, su sentido real o figurado, del ritmo, del estilo, de varios elementos que se mezclan para producir los efectos deseados.

La poesía despierta emociones en quien la lee o escucha; sus mensajes van directo al sentimiento, pero también a la conciencia de lo humano. Y para valorarla, comprenderla o hacerla tuya, se precisa conocer del lenguaje que se empleará en su creación.

Una buena experiencia es conocer los detalles finos de la creación poética

La poesía es mucho más que expresiones bellas; cumple con la función de mostrar la vida y sentir de los pueblos, y lo hace en forma armoniosa valiéndose de diversos recursos que permiten un manejo estético de las palabras.

Un recorrido fugaz a través del tiempo para leer un poco de lo más representativo de las manifestaciones poéticas, reconocer su relación con el contexto social e identificar y los recursos estilísticos empleados en su creación.

Seguramente recuerdas cuáles son los recursos estilísticos; son esos “trucos” que utilizan los escritores para hacer más expresivo su mensaje y llamar la atención del lector.

Tal vez las palabras con los que se les nombra te resulten ajenas, pero son la herramienta que permite usar el lenguaje para crear belleza.

En la época colonial en México:

¿Cómo era la sociedad? Ceremoniosa y solemne; con amplias y marcadas diferencias entre los diversos grupos sociales de la época, compleja.

En medio de todo esto, se consideraba a la poesía como la compañera natural de ocasiones especiales y el lenguaje se tornaba muy rebuscado, pues existía una afinidad especial por los recursos literarios complejos y los juegos de lenguaje que apelaban a una poesía llena de referencias a la literatura clásica y a los conceptos filosóficos. Los temas varían, pero hablan mucho de contrastes: entre sentimiento y razón, sabiduría e ignorancia, lo aparente y lo verdadero.

El movimiento literario es el barroco y su más grande exponente en México es Sor Juana Inés de la Cruz, quien plasma en sus escritos la rebeldía de la identidad femenina, aunque disfrazada de silencio, reprimida por una sociedad llena de prejuicios.

La ilustre monja empleó de manera hábil varios recursos, recuerda dos: antítesis y retruécano.

La antítesis expresa oposición de ideas.

El retruécano es un juego de palabras: éstas se colocan en distinto orden y al hacerlo, adquieren otro significado.

Lee en primera instancia un ejemplo de antítesis u oposición de ideas, en la obra de Juana Inés;

Amado dueño mío:

Escucha un rato mis cansadas quejas

pues del viento las fío

que breve las conduzca a tus orejas,

si no se desvanece el triste acento

como mis esperanzas en el viento.

Óyeme con los ojos,

ya que están tan distantes los oídos

y de ausentes enojos

en ecos de mi pluma mis gemidos;

y ya que a ti no llega mi voz ruda,

óyeme sordo, pues me quejo muda.

El barroco, como recordarás, se ubica entre los siglos XVII y principios del XVIII. En México, la sociedad se dividía en un sistema de castas que se constituían de acuerdo a la procedencia de las personas. Las decisiones que venían de España y la religión eran ejes rectores de la vida cotidiana. La educación era sólo para varones que pertenecían a ciertos grupos sociales; a las mujeres se les permitía aprender a leer, escribir y hacer cuentas, pero no tenían acceso a educación universitaria, por ejemplo. Por ello, Sor Juana Inés de la Cruz ha sido considerada una mujer adelantada a su tiempo.

¿Identificaste en dónde se usa la antítesis?

Lee el retruécano. Observa cómo las mismas palabras se colocan en otro orden y cambia el significado:

¿En perseguirme, mundo, qué interesas?

¿En qué te ofendo, cuando sólo intento

poner bellezas en mi entendimiento

y no mi entendimiento en las bellezas?

Yo no estimo tesoros ni riquezas,

y así, siempre me causa más contento

poner riquezas en mi entendimiento

que no mi entendimiento en las riquezas.

Yo no estimo hermosura que vencida

es despojo civil de las edades

ni riqueza me agrada fementida,

teniendo por mejor en mis verdades

consumir vanidades de la vida

que consumir la vida en vanidades.

Puedes advertir la rebeldía de la religiosa, ante las limitaciones que su sociedad imponía a las mujeres por considerarlas superficiales y de escasa capacidad intelectual.

Francisco de Quevedo vivió y escribió en España, durante la primera mitad del siglo XVI; este escritor gustaba de emplear un recurso llamado oxímoron, que consiste en usar juntos dos términos de significado opuesto; es raro, y, sin embargo, demostró que es posible hacerlo y lograr un efecto cautivante; observa cómo este poeta define el significado del amor desde el punto de vista emocional, físico y social, así como la dolorosa contradicción que produce en quien lo siente.

Definición del amor

Es hielo abrasador, es fuego helado,

es herida que duele y no se siente,

es un soñado bien, un mal presente,

es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,

un cobarde con nombre de valiente,

un andar solitario entre la gente,

un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,

que dura hasta el postrero paroxismo;

enfermedad que crece si es curada.

Éste es el niño Amor, éste es su abismo.

¡Mirad cuál amistad tendrá con nada

el que en todo es contrario de sí mismo!

¿Detectaste la presencia del oxímoron?

Argucias del lenguaje; que dan distintos ejemplos de belleza y asombro. Ya recuerdas tres: antítesis, retruécano, oxímoron.

Otro movimiento literario sumamente importante fue el romanticismo, durante el siglo XIX, donde el sentimiento nacionalista impera en el mundo, al tiempo que un sentimiento de soledad, tristeza, muerte y amor no correspondido se vislumbra en la obra de los poetas.

Por su parte, a finales del siglo XIX y principios del XX, en el continente, hubo un movimiento literario que se desligó del enfoque político y social para dedicarse a la creación de una atmósfera mágica, sensible, para sencillamente crear belleza y conmocionar al lector a través de las palabras, eliminando cualquier sentido utilitario; representó un cambio en la forma de percibir el lenguaje, la belleza, incluso la métrica de los poemas. Desengañados de la realidad, los escritores optaron por crear un espacio lleno de lugares lejanos y naturaleza exótica.

En los poemas se encuentra una búsqueda por algo llamado “preciosismo”; es decir, una tendencia literaria que busca refinar y embellecer las expresiones.

Los recursos literarios abundan en la poesía de ambos movimientos, entre ellos, el hipérbaton, las metáforas y comparaciones para expresar sus dolidos sentimientos.

El hipérbaton consiste en alterar el orden lógico de las palabras.

Dos lenguas rojas de fuego enlazadas a un mismo tronco se aproximan y forman una sola llama al besarse.

Empleando el hipérbaton, queda así:

Dos rojas lenguas de fuego, a un mismo tronco enlazadas, se aproximan y, al besarse, forman una sola llama.

¿Notas la elegancia que imprimió a la frase el hipérbaton en este fragmento del poema la rima XXIV de Gustavo Adolfo Bécquer?

Una metáfora es dar significado a algo o alguien con las características propias de otro ser. Por ejemplo, en este fragmento de “Canción de la muerte”, del español José de Espronceda, se ve que la muerte se alude en términos de una isla.

Isla yo soy del reposo

en medio el mar de la vida,

y el marinero allí olvida

la tormenta que pasó […]

Una comparación es muy parecida a la metáfora; generalmente en ella se emplea el nexo “como” para establecer esa semejanza; por ejemplo:

Como un ave que cruza el aire claro. siento venir hacia mí tu pensamiento

Como expresa José Martí en uno de sus poemas.

Otro ejemplo, del poema Gratia Plena, de Amado Nervo:

Ingenua como el agua, diáfana como el día,

rubia y nevada como Margarita sin par.

La comparación es un recurso muy noble y sencillo; su utilidad para lograr expresiones hermosas resulta innegable.

Lee este fragmento del poema “Hojas Secas” de Manuel Acuña; observa cómo se combinan hipérbaton, comparación y metáfora para dar belleza a las expresiones, al tiempo que expresan la soledad, el amor no correspondido y la muerte, características propias del romanticismo:

Hojas Secas

Mi hojarasca son mis creencias,

mis tinieblas son la duda,

mi esperanza es el cadáver,

y el mundo mi sepultura…

Y como de entre esas hojas

jamás retoña ninguna;

como la duda es el cielo

de una noche siempre oscura,

y como la fe es un muerto

que no resucita nunca,

yo no puedo darte un nido

donde recojas tus plumas,

ni puedo darte un espacio

donde enciendas tu luz pura,

ni hacer que mi alma de muerto

palpite unida a la tuya;

pero si gozar contigo

no ha de ser posible nunca,

cuando estés triste, y en el alma

sientas alguna amargura,

yo te ayudaré a que llores,

yo te ayudaré a que sufras,

y te prestaré mis lágrimas

cuando se acaben las tuyas.

Otros recursos literarios de la poesía son la personificación o prosopopeya, la hipérbole, la anáfora.

Son sencillas de usar e imprimen en las expresiones un toque de elegancia y ensoñación.

La personificación o prosopopeya consiste en otorgar propiedades humanas a quien no las tiene, puede ser un objeto o un ser de la naturaleza; todos las emplean ¿Has escuchado decir: El día está triste?, ¿Qué querrá expresar la frase el cielo llora?

Lee este fragmento del poema Autumnal, de Rubén Darío; e identifica las personificaciones:

En las pálidas tardes

me cuenta un hada amiga

las historias secretas

llenas de poesía;

lo que cantan los pájaros,

lo que llevan las brisas.

Dije al hada amorosa:

quiero en el alma mía

tener la aspiración honda, profunda,

inmensa: luz, calor, aroma, vida.

Ella me dijo: “¡Ven!”, con el acento

con que hablaría un arpa. En él había

un divino aroma de esperanza

¡Oh sed del ideal!

Sobre la cima

de un monte, a medianoche,

me mostró las estrellas encendidas.

Era un jardín de oro

con pétalos de llama que titilan.

La aurora sonreía,

con la luz en la frente,

como la joven tímida.

En este fragmento se advierte la atmósfera mágica —propia del modernismo— en la que el poeta abundante en detalles de la naturaleza busca la inspiración, la belleza como el ideal anhelado.

La hipérbole es una exageración con un fin estético. Como en la expresión: te regalo un millón de estrellas.

Lee este pequeño fragmento de Rubén Darío del poema “Canto de Esperanza”

Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste,

un soplo milenario trae amagos de peste;

la tierra está preñada de un dolor tan profundo,

que el soñador, imperial meditabundo

sufre con las angustias del corazón del mundo.

Verdugos de ideales afligieron la tierra,

en un pozo de sombras la humanidad se encierra

con los rudos molosos del odio y de la guerra.

¿Percibes la hipérbole? Una exageración que persigue captar la atención del lector y sumergirlo en sensaciones —ideal modernista— aunque en este caso sea de una pesimista desolación.

Recuerda en qué consiste la anáfora.

La anáfora es la repetición rítmica de determinados sonidos o palabras al inicio del enunciado, lo que crea musicalidad. Como en este fragmento de Sonatina de Rubén Darío:

La princesa no ríe, la princesa no siente;

la princesa persigue por el cielo de Oriente

la libélula vaga de una vaga ilusión.

En el modernismo de México, Amado Nervo tiene un lugar destacado. Su sensibilidad y sencillez se reflejan en múltiples poemas dotados no sólo de forma bella, sino también de gran contenido; disfruta este poema que es muy conocido, y detecta las anáforas:

En paz

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,

porque nunca me diste ni esperanza fallida

ni trabajos injustos ni pena inmerecida;

Porque veo al final de mi rudo camino

que yo fui el arquitecto de mi propio destino,

que, si extraje las mieles o la hiel de las cosas,

fue porque en ellas puse hiel o miles sabrosas;

cuando planté rosales coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno;

mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno;

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;

mas no me prometiste tú sólo noches buenas,

y en cambio tuve algunas sanamente serenas.

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.

Vida, nada me debes,

Vida, estamos en paz.

Poema sereno, tranquilo, como lo era el gran poeta nayarita; en él, con un lenguaje preciso y en tono personal, Amado Nervo expresa su agradecimiento a la vida. El poema es una expresión de su mundo interior.

Has recordado nueve recursos estilísticos empleados en la poesía en tres movimientos literarios cuyos contextos históricos y sociales son completamente distintos.

Es interesante analizar cómo va cambiando la forma en la que los escritores crean sus poemas, dependiendo la época, las condiciones sociales, o simplemente por el estilo que impera en ese momento.

En cuanto al empleo de los recursos estilísticos, todos se mezclan; se han analizado separadamente para que pudieras identificarlos, pero en un mismo poema, puede haber dos, tres o más recursos y es común que así se escriba la poesía, incluso, en estos tiempos. Un recurso no es propio de un movimiento o de una época.

Piensa: ¿Conoces algunos recursos estilísticos o recursos literarios que se emplean en la poesía?, ¿Puedes identificarlos?

¿Puedes comprender la relación que guarda el contexto social con la poesía?

Así como el alimento nutre al cuerpo, también se requiere nutrir el alma. El arte contribuye a lograrlo y la poesía es magnífico alimento.

Leer poesía permite entender el mundo de otra manera; ver lo que sucede, y verte a ti mismo, a través de otros ojos y, con otras palabras.

El reto de hoy:

¿Te gusta cantar?, ¿Cuáles canciones te agradan? ¿Por qué? Tal vez “por la letra”, “por el ritmo”, “por cómo dice las cosas”. Bien: una canción bien escrita es un poema.

Piensa en una canción que te agrade; lee con calma su letra, así como has leído hoy los poemas: podrían saltarán las metáforas, las personificaciones; tal vez alguna hipérbole o varias anáforas. Ahí están, ahí han estado, pero ahora las has redescubierto.

Recuerda que el Aprendizaje esperado de esta sesión, “Identifica la función y características de las figuras retóricas en los poemas a partir de un movimiento literario”, se encuentra en tu libro de texto.

Ubícalo y amplía la información, Acércate a tu maestra o maestro para que te ayude a despejar dudas o para realizar otras actividades para refirmar lo aprendido.

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

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