El maltrato ni por un rato
El maltrato ni por un rato
Aprendizaje esperado: reconoce cómo se sienten sus compañeros cuando alguien los trata bien o mal.
Énfasis: reconoce cómo se sienten otros cuando los tratan bien o mal y reconoce acciones que hace sentir bien o mal a otros.
¿Qué vamos a aprender?
Reconocerás como se sienten tus compañeros cuando alguien los trata bien o mal.
Identificarás las acciones que hacen sentir bien o mal a otros.
¿Qué hacemos?
Actividad 1
Lee con atención las aventuras de Saladín y sus amigos.
Saladín se encontraba platicando con un camello, cuando su amigo Héctor le llamó.
Saladín: ¿Para qué soy bueno? ya ni me digas, tu cara parece triste y tu cuerpo se nota como desanimado, si pudiera abrazarte lo haría, pero en lugar de hacerte bien, te haría mal y tal vez a otras personas, ya sabes por eso de transmitir el virus, hay que cuidarnos y cuidar a los demás.
Héctor: Tienes razón, pero solo con saber que me querías abrazar me siento mejor.
Saladín ¿Cómo estás? te veo diferente, ¿Pasa algo?
Héctor: La verdad sí, hubo un episodio cuando venía para acá que me dejó un poco inquieto.
Saladín: ¡No me digas!
Héctor: Sí, déjame explicarte.
Saladín: Te dije que no me dijeras.
Héctor cambia su expresión de tristeza y le dice a Saladín: Ja,ja,ja, no cabe duda de que eres genial, ya me hiciste sentir mejor.
Saladín: Cuéntame, ¿Qué te pasó?
Héctor: Venía con mi papá en el auto, había mucho tráfico, se me hacía tarde, hacía mucho calor entonces, el auto que venía delante de nosotros se detuvo de repente y mi papá tocó el claxon muy enojado, lo rebasó molesto y al pasar al lado del coche detenido vi que dentro estaba una mujer con cara de preocupación intentando encender su carro y, en el asiento de atrás, un niño pequeño lloraba porque se había asustado con el sonido del claxon.
Saladín: ¿Y qué hiciste?
Héctor: Primero quise irme rapidísimo porque me dio mucha vergüenza, pero luego respiré, y le pedí a mi papá que se orillará y ayudamos a la conductora a encender su automóvil, pero no podíamos lograr que el niño pequeño dejara de llorar. Eso es lo que me tiene inquieto, que hicimos sentir angustiada a la conductora y al niño.
Saladín: Y si hacemos unos ejercicios y con ello descubres el porque te tiene tan inquieto lo que te pasó hace un rato. Todas y todos tienen que distinguir qué acciones hacen sentir bien y qué otras acciones hacen sentir mal a las personas. Precisamente cuando me llamaste estaba platicando con un camello.
Héctor: ¿Sabes idioma camello?
Saladín: Si ¿Tú no? ¿No lo estudian en la escuela? no te preocupes yo te voy a enseñar, es muy fácil.
Héctor: Qué bien, yo quiero aprender. Pero me decías que estabas hablando con un camello.
Saladín: Ah sí, este camello tiene problemas porque es de color azul.
Héctor: ¡Un camello! ¡Qué bonito!
Saladín: Para él su color se ha convertido en un problema.
Héctor: ¿Por qué?
Saladín: Porque todos los camellos de mi pueblo, Magiopolandia, son de color marrón, así que él es diferente a sus congéneres.
Héctor: ¿Sus qué?
Saladín: Sus congéneres, o sea, los otros camellos, se burlan de él por su color, le ponen apodos y eso lo pone triste.
Héctor: ¿Qué le dicen?
Saladín: Pues le dicen nombres como Camerciano.
Héctor: ¿Por qué?
Saladín: Porque dicen que es un camello marciano, también le dicen: El aguacate inmaduro, porque está azul, y así muchas cosas que les parecen divertidas, pero que a mi amigo el camello azul, lo hacen sentir mal.
Héctor: Pobrecito, qué camellos tan malos, ¿Por qué lo tratan tan mal? ¿Qué les hizo?
Saladín: No son malos, lo que pasa es que no se han dado cuenta que calificar así a sus iguales los hace sentir mal, que es una forma de maltrato y que el maltrato, puede lastimar a otras personas, en este caso, otros camellos, buena idea, eso les voy a decir.
Héctor: ¿Qué les vas a decir?
Saladín: Que eso que hacen es maltrato y que hace sentir mal a nuestro amigo camello, no se han dado cuenta que se están perdiendo de un gran amigo porque el camello azul es el camello más veloz de la región y además puede cargar más que cualquiera porque es muy fuerte, ¡Claro! eso es lo que les voy a decir a quienes se burlan ahora que regrese al desierto les diré que no le pongan apodos porque eso lo hace sentir mal, que se pongan a pensar lo que sentirían ellos si alguien les pusiera apodos por su color o por cualquier otra característica y que mejor destaquen lo que puede hacer bien nuestro camello azul y se lo digan para que se sienta bien, y así ellos también se sentirán bien.
Héctor: Por supuesto, hacer sentir bien a otras personas nos hace sentir bien a nosotros. Si el maltrato hace sentir triste o enojadas a otras personas, el buen trato puede ayudarles a sentir bienestar, ¿Cierto?
Saladín: ¡Has dado en el clavo! el buen trato hace que las otras personas se sientan bien y el maltrato, hace que las personas se sientan mal, por eso tenemos que aprender a distinguir las cosas que hacen sentir bien a los demás de las que las hacen sentir mal, ¡Me acordé de otra historia de camellos! ¿Quieres que te la platique?
Héctor: ¡Sí!
“Esta es la historia de Habibi, un criador de camellos muy, muy, muy anciano que vivía allá por rumbos de Bagdad, era un señor muy viejito y muy amable al que toda la gente en el desierto quería y respetaba.
Habibi se dedicaba a criar y cuidar camellos que la gente alquilaba para cargar víveres y cosas que necesitaba de otros lugares.
Habibi, todas las mañanas, muy temprano, se levantaba y saludaba a cada uno de sus cien camellos por su nombre, les daba una caricia cariñosa en sus jorobas y dedicaba su día a cuidarlos.
Buenos días Avo, buenos días Akram ¿Dormiste bien? gracias, Anás por tu esfuerzo ayer, fue un día agotador así que hoy descansarás todo el día.
La gente en los pueblos hablaba de los buenísimos camellos del anciano Habibi, eran camellos que aguantan largas caminatas, siempre estaban saludables y se veían felices. Había gente que decía:
Ese Habibi, trata mejor a sus camellos que a su hijo: Hagop.
Hagop era un joven huraño y poco amable, su frase más conocida no era una frase, sino un gruñido, si la gente lo saludaba, él respondía: Grrrr.
Una mañana, nadie se levantó a saludar a los camellos y darles una palmadita en la joroba, nadie los atendió y les dio un poco de agua, Habibi había muerto y los camellos se habían quedado sin su cuidador.
Hagop pronto empezó a hacerse cargo de ellos: Se levantaba por las mañanas y los levantaba a gritos, de mala gana, nunca hubo una caricia cariñosa en sus jorobas, sino empujones y malos tratos, los camellos, poco a poco dejaron de caminar, de pasear por las dunas y, al poco tiempo, dejaron de moverse para quedarse tristes y solos en un solo lugar.
Hagop empezó a desesperarse de verlos así, todos los días les gritaba y les decía que no servían para nada, que eran unos camellos inútiles y flojos, los camellos, con cada grito, confirmaban que lo único que sabían hacer, era quedarse echados.
Hagop ya no sabía qué hacer para que los camellos volvieran a hacer cómo eran antes, un día, desesperado y llorando les dijo:
Queridos camellos, díganme qué tengo que hacer para que vuelvan a ser los camellos que eran antes, Avo, Akram, Anás…
Acarició sus jorobas y los llamó por su nombre, les habló con ternura y cariño, a la mañana siguiente, para su sorpresa, los camellos estaban de pie, listos para empezar la jornada de trabajo, Hagop estaba feliz: Gracias Avo, gracias Akram, gracias, Anás, dijo acariciando sus jorobas y dándoles alimento.
Hagop sintió tanto bienestar al ver cómo reaccionaban los camellos a su buen trato, que siguió buscando la manera de hacerlos sentir bien.
Poco a poco, Hagop fue ganándose la confianza de los animales y a cada caricia o frase de cariño, ellos regresaban buena actitud y alegría.
A partir de ese día entendió que, el buen trato es un círculo luminoso que hace que las cosas funcionen mejor.
En el pueblo, Hagop saludaba a la gente con amabilidad sorprendiendo a quienes antes sólo lo habían escuchado gruñir.
Buen día, Hagop.
Buen día. Espero que estén muy bien”.
Actividad 2
A continuación, Saladín te presenta su ruleta para analizar algunas acciones, de buen trato y maltrato, y como estas hacen sentir a las otras personas.
Con esto vas a aprender qué hacer, qué evitar y cómo hacer sentir bien a las demás personas.
Arma tu propia ruleta y gírala, cuando se detiene te presenta una acción y tú tienes que decir si es buen trato o maltrato, por ejemplo: La ruleta cae en la casilla “Consolar a las demás personas” qué opinas: Hacer esto es buen trato o maltrato.
Es buen trato porque te permite acompañar y tal vez ayudar a alguien a sentirse mejor, puedes incluso saber si hay alguna forma de aminorar el malestar o hasta convertirlo en bienestar.
Si la ruleta cae en la casilla que dice “Poner apodos” esta acción es maltrato porque hace sentir mal a las personas a las que se los dicen, es maltrato porque estás hablando de aquellas cosas que hacen sentir mal.
Ahora tu contesta la ruleta cae en la casilla que dice: “Ayudar”.
- La ruleta cae en la casilla que dice “Burlarse de otras personas”.
- La ruleta cae en la casilla que dice “Colaborar en casa”.
- La ruleta cae en la casilla que dice “Golpear a otras personas”.
- La ruleta cae en la casilla que dice “Compartir”.
- La ruleta cae en la casilla que dice “Discriminar”.
Dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental, etc. es decir, tratar mal a alguien solo porque piensas que es diferente.
¡Todas y todos son diferentes! y piensan diferente, y no debe ser motivo para hacer sentir mal, en realidad, ser diferentes y pensar diferente te enriquece, te ayuda a ser mejor y a construir el conocimiento, piénsalo bien ¿Te imaginas que todos fueran iguales?
En el caso de Héctor estaba triste, porque junto con su papá maltrataron a otras personas y eso provocó tristeza y angustia en otras personas, pero después al darse cuenta de lo que habían provocado reaccionaron correctamente y los ayudo a recuperar la calma.
Por eso es tan importante que te des cuenta de lo que provocan o pueden provocar tus acciones.
Tienes la posibilidad de tener buen trato o maltrato con otras personas, saber lo que tus acciones provocan en otras personas, puede evitar situaciones aflictivas como las que cuenta Héctor y Saladín, piensa lo que puedes hacer sentir a los demás antes de actuar.
El reto de hoy:
Es aprender a reconocer aquellas acciones que no te hacen sentir bien para no hacerlas y hacer sentir mal a otros niños, niñas, maestros, maestras o cualquier persona a tu alrededor.
Si te es posible consultar otros libros y comenta el tema de hoy con tu familia.
¡Buen trabajo!
Gracias por tu esfuerzo.
Para saber más:
Lecturas
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/533113/2o-Cuaderno-OK-PNCE.pdf