La transformación de la vida cotidiana

 

La transformación de la vida cotidiana

Aprendizaje esperado: reconoce los elementos del nacionalismo revolucionario en el arte y la educación.

Énfasis: reconocer los cambios en la vida cotidiana provocados por los nuevos patrones de consumo y popularización de la tecnología, así como los medios de comunicación y entretenimiento.

¿Qué vamos a aprender?

Es importante que participes en las actividades planteadas a lo largo de la sesión; también ten a la mano tu libro de texto, cuaderno u hojas blancas o de colores, pegamento, lápiz o bolígrafo y colores para registrar las ideas principales, así como dudas y reflexiones para que posteriormente puedas compartir tus avances con tu familia.

¿Qué hacemos?

En la sección “Leer para conocer” leerás un fragmento del libro “Las batallas en el desierto” de José Emilio Pacheco, una novela que habla de la vida cotidiana a finales de la década de los cuarenta del siglo XX en México.

“Me acuerdo, no me acuerdo: ¿qué año era aquél?; ya había supermercados, pero no televisión, radio tan sólo: Las aventuras de Carlos Lacroix, El Llanero Solitario, La Legión de los Madrugadores, Los Niños Catedráticos, Leyendas de las calles de México, Panseco, El Doctor I.Q., La Doctora Corazón desde su Clínica de Almas. Paco Malgesto narraba las corridas de toros, Carlos Albert era el cronista de futbol, el Mago Septién trasmitía el beisbol.

Circulaban los primeros coches producidos después de la guerra […]. Íbamos a ver películas de Errol Flynn y Tyrone Power, a matinés con una de episodios completa: La invasión de Mongo era mi predilecta. Estaban de moda Sin ti, La rondalla, La burrita, La múcura, Amorcito Corazón.

Volvía a sonar en todas partes un antiguo bolero puertorriqueño: “Por alto esté el cielo en el mundo, por hondo que sea el mar profundo, no habrá una barrera en el mundo que mi amor profundo no rompa por ti”. Fue el año de la poliomielitis: escuelas llenas de niños con aparatos ortopédicos; de la fiebre aftosa: en todo el país fusilaban por decenas de miles reses enfermas.

Para el impensable año dos mil se auguraba, sin especificar cómo íbamos a lograrlo, un porvenir de plenitud y bienestar universales. Ciudades limpias, sin injusticia, sin pobres, sin violencia, sin congestiones, sin basura. Para cada familia una casa ultramoderna y aerodinámica (palabras de la época). A nadie le faltaría nada. Las máquinas harían todo el trabajo. Calles repletas de árboles y fuentes, cruzadas por vehículos sin humo ni estruendo ni posibilidad de colisiones. El paraíso en la tierra. La utopía al fin conquistada.

Mientras tanto nos modernizábamos, incorporábamos a nuestra habla términos que primero habían sonado como pochismos en las películas de Tin Tan y luego insensiblemente se mexicanizaban: tenquíu, oquéi, uasamara, sherap, sorry, uan móment pliis.

Empezábamos a comer hamburguesas, pays, donas, jotdogs, malteadas, áiscrim, margarina, mantequilla de cacahuate. [El refresco de] cola sepultaba las aguas frescas de jamaica, chía, limón.

Hasta ese momento la música había sido nada más el Himno Nacional, los cánticos de mayo en la iglesia, Cri Cri, sus canciones infantiles: Los caballitos, Marcha de las letras, Negrito sandía, El ratón vaquero, Juan Pestañas, y la melodía circular, envolvente, húmeda de Ravel con que la XEQ iniciaba sus transmisiones a las seis y media, cuando mi padre encendía el radio para despertarme con el estruendo de La Legión de los Madrugadores”.

Otro escritor mexicano, José Agustín, también narra sobre el entretenimiento a mediados del siglo XX:

“En las calles de las ciudades los niños jugaban la tradicional cáscara, o fútbol callejero, y otros, los menos, el beis de mano o el “tochito”. Pero casi todos se divertían brincando el avión, a los encantados, las escondidas, el burro corrido o el burro dieciséis, a las cebollitas o su versión: la tamalada. Los niños de clase media mostraban ya influencia de Estados Unidos de América al jugar stop o al pedir “tain”. Los que podían circulaban en sus bicicletas, burras o birulas. Los chavitos ya leían “monitos” o “cuentos” traducidos del inglés”.

¿Algunos de los programas de radio, canciones o juegos te resultaron conocidos? ¿Los conoces porque aún los practicas, ves o escuchas o porque tus padres y abuelos te han contado de ellos?

La vida cotidiana en nuestro país ha sufrido grandes transformaciones durante las últimas décadas del siglo XX hasta la actualidad, por diversos factores, entre ellos, los medios de comunicación, los nuevos patrones de consumo, la popularización e influencia de las nuevas tecnologías de la información y las nuevas formas de entretenimiento.

Además, los cambios en la economía, el crecimiento demográfico y urbano, la migración interna y hacia los Estados Unidos de América han producido notables cambios en la vida diaria de la población.

Vives en una sociedad altamente influida por los medios de comunicación. Su importancia es determinante porque a través de ellos la gente se informa de lo que acontece tanto en el país como en el mundo. Los medios no sólo transmiten información, son también el principal vehículo de entretenimiento y diversión y uno de los mayores difusores de la cultura, el deporte y la ciencia.

Muchos de las opiniones y de los valores de la población sobre temas, de política, de economía, respecto a los gobiernos nacionales o extranjeros, sobre los artistas y personalidades prominentes, son moldeadas a través de los medios, como la radio, la televisión y ahora las redes sociales.

Los medios de comunicación han tenido una evolución importante durante las últimas décadas y se han adaptado, con mayor rapidez en algunos casos más que en otros, a las transformaciones que han tenido lugar.

Por ejemplo, la radio pasó de ser una programación predominantemente musical y de entretenimiento a una dominada por programas noticiosos, informativos y de entretenimiento en los últimos años.

La radio aceleró su transformación con los sismos de 1985. En esa ocasión se mostró como un valioso instrumento de comunicación que podía ser utilizado por la sociedad. Luego, comenzó un proceso de apertura. Fue el espacio donde encontraron mayor difusión las nuevas ideas políticas, las voces ciudadanas y los programas de discusión y análisis. En la actualidad, la radio comercial tiene un gran nivel de aceptación en toda la república, a través de cientos de estaciones que transmiten una programación muy variada.

No cabe duda de que, a partir de la masificación de la televisión, ésta se ha podido establecer como el medio más influyente e importante del siglo XX. En la actualidad, cerca del 90% de las familias mexicanas tienen televisión.

Recientemente se han abierto más opciones a través de la televisión de paga, que incluye numerosos canales extranjeros entre los que destacan canales de noticias, culturales y científicos, su auditorio es todavía un sector minoritario.

La televisión permanentemente se ha ido transformando y adaptando a los tiempos actuales, incorporando nuevas tecnologías y reinventando sus contenidos, con la finalidad de seguir interesando a los espectadores.

Una de las mayores transformaciones en la vida cotidiana ha tenido lugar en el entretenimiento y en la comunicación, gracias al impacto de la electrónica y de la informática.

Las nuevas formas de entretenimiento han cambiado con la utilización de las tecnologías y su incorporación a cualquier actividad de ocio. El desarrollo de los equipos tecnológicos, especialmente los avances en los dispositivos móviles y la alta velocidad para conexiones fijas e inalámbricas, ha evolucionado muy significativamente la manera de utilizar la red, fomentando el crecimiento y el consumo de contenidos visuales.

Por ejemplo, el consumo en el hogar de películas, a través de plataformas virtuales, ha desplazado en buena medida el hábito de asistir a las salas de cine. La industria del entretenimiento se encuentra en un período de expansión y transformación.

En los últimos años, la comunicación también ha sufrido cambios profundos y es ahora infinitamente más rápida y cómoda. La mayoría de las personas han abandonado la correspondencia a través de cartas y telegramas y emplean ahora la comunicación telefónica y electrónica. Los teléfonos celulares han tenido un crecimiento espectacular; su uso se ha generalizado y se han convertido en el principal medio de comunicación personal.

Dentro de estas pantallas portátiles, el teléfono inteligente se ha vuelto el verdadero protagonista, por la gama cada vez más variada de posibilidades que presta para el usuario, las cuales sobrepasan ampliamente la esfera de la comunicación, para convertirse en computadoras de bolsillo capaces de casi todo.

La pantalla móvil no solo da acceso al consumo cultural de las transmisiones de contenido, sino que permite el despliegue de redes sociales en medios electrónicos, el intercambio de información en tiempo real en grupos de confianza, y la producción descentralizada de contenidos digitales.

Las redes sociales han cambiado la vida de las personas en general, ya que tienen un espacio para la opinión, para el debate y para el dialogo, ya sea con otros usuarios, con políticos, figuras destacadas o empresas. Además de poder compartir las vivencias del individuo al mundo entero a través de fotos, videos y escritos. Cambiando la forma de comunicación, que antes era muy lenta, a una manera más rápida y sencilla, gracias a los correos electrónicos y a la mensajería instantánea.

Entre las décadas cincuenta y noventa del siglo XX, la era postindustrial tomó forma y empezó a integrar la actividad humana según una escala global. La globalización ha avanzado en muchos frentes, como así también en diferentes aspectos de la vida, en la cultura, los medios de comunicación, el entretenimiento, el turismo.

Antes de continuar observa y escucha cómo la globalización ha impactado en la vida cotidiana de las personas a través del siguiente video, obsérvalo del minuto 01:40 a 04:58.

  • Los rostros de la globalización

https://www.youtube.com/watch?v=RH2-iK8zu5c&t=298s

Ahora conoce un poco sobre los hábitos de consumo, que en las décadas anteriores eran únicamente presenciales, al comprar y vender cosas.

En las ciudades, la compra de los alimentos, de la ropa y de los enseres domésticos, que antes se hacía en los mercados populares y en las tiendas de abarrotes y de ropa, ha pasado a segundo lugar ante el predominio de los grandes supermercados y centros comerciales, que concentran en un solo lugar tiendas, restaurantes y cines.

Los centros comerciales se han convertido en lugares de reunión y de entretenimiento en los que la gente pasa más tiempo que lo que empleaba antes en comprar exclusivamente lo que necesitaba.

La comida hace algunas décadas era una actividad familiar que se hacía en casa. Ahora, ante el ritmo vertiginoso de la vida cotidiana y la lejanía que se ha producido entre el hogar, el trabajo y la escuela, esto ha cambiado. Sobre todo, en las grandes ciudades, muchas veces se come fuera de casa y han proliferado las cadenas de comida rápida y de restaurantes con franquicias que venden comida similar en todos sus establecimientos. Asimismo, ha cambiado la elaboración de la comida. En muchos hogares la comida se hace ahora más rápido, pues muchos alimentos se pueden adquirir ya preparados y listos para servirse.

Cada día se incrementa más la participación en el mundo virtual, donde no solo se compran productos si no que se adquieren servicios. La economía digital propició una transformación más profunda en las formas de consumo.

La digitalización también trajo consigo un cambio sustancial en la manera de comprar de los consumidores, revolucionando la forma en que las empresas satisfacen las necesidades de estos. El comprador actual es muy diferente a la idea tradicional de un consumidor se limitaba a adquirir aquello que le ofrecía el mercado, Pero el nuevo cliente es más activo y puede informarse, comparar opciones, sobre lo que desea consumir.

Finalmente, las nuevas tecnologías si bien han ayudado a que cada vez sea más fácil realizar las tareas comunes, tanto en el trabajo, la escuela o el hogar, en su mayoría a costos sociales y ambientales muy altos. Además de que la desigualdad social existente, no permite que todos hagan uso de éstas.

La facilidad de uso, la inmediatez del acceso a la información y la movilidad y autonomía de los nuevos dispositivos electrónicos, están cambiando la forma de relacionarnos con los demás, de trabajar, de viajar, de movernos en un entorno y por supuesto, la manera de emplear los periodos de ocio.

Los seres humanos han creado una red global de transmisión instantánea de información, de ideas y de juicios de valor en la ciencia, el comercio, la educación, el entretenimiento, la política, el arte, la religión, y en todos los demás campos.

En esta red ya se puede observar en tiempo real el sentir de la humanidad, pero a la par también es posible tergiversar, manipular o frivolizar este sentir; es decir, los medios de comunicación asimismo pueden usarse para separar, aislar y polarizar. Por lo que hay que aprender a usarlos de manera correcta y con pensamiento crítico, para que sean un beneficio para el ser humano.

El reto de hoy:

Pregunta a los adultos de tu familia sobre cómo eran el transporte, la comida y las diversiones cuando ellos eran jóvenes. Redacta una cuartilla con sus recuerdos y si te es posible compártela con tus compañeras y compañeros.

Reflexiona ¿qué tanto han cambiado las experiencias de vida cotidiana de tus familiares en los aspectos estudiados en esta sesión respecto a los tuyos?

Este tema lo podrás encontrar en tu libro de texto. También podrás consultar otras fuentes bibliográficas, digitales y audiovisuales que tengas a la mano.

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

*Este material es elaborado por la Secretaría de Educación Pública y actualizado por la Subsecretaría de Educación Básica, a través de la Estrategia Aprende en Casa.

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