Jugamos con cuentos clásicos
Jugamos con cuentos clásicos
Aprendizaje esperado: narra historias que le son familiares, habla acerca de los personajes y sus características, de las acciones y lugares donde se desarrollan.
Énfasis: identifica historias de cuentos que conoce.
¿Qué vamos a aprender?
Escucharás y narrarás historias que te son familiares, acerca de los personajes y sus características, de las acciones y lugares donde se desarrollan.
Identificarás historias de cuentos que conoces.
Pide a tu mamá, papá o algún adulto que te acompañe en casa que te apoyen a desarrollar las actividades y a escribir las ideas que te surjan durante esta sesión.
¿Qué hacemos?
Cierto día Celia estaba en su casa buscando algo cuando de repente encontró una canasta con cuentos de la feria del libro a la que asistió hace tiempo.
Encontró un libro de varios cuentos clásicos; como el cuento de Blanca Nieves, Ricitos de oro, Los tres cerditos, El patito feo y muchos más. Esos cuentos le encantan, en especial le gustaba mucho cuando su mamá le leía El gato con botas. ¿Conoces este cuento?
A continuación, revisa la versión que hizo Celia del cuento, pídele a tu mamá, papá o a quien te acompañe que te lea el siguiente cuento El gato con botas, de Charles Perrault.
Este cuento, es especial por lo ingenioso que era el gato para ayudar al hijo del molinero.
Utiliza dibujos para adaptar y visualizar mejor el cuento. La dinámica consta en que conforme vayas escuchando el cuento vayas mostrando tus dibujos.
Dibuja en tarjetas o hojas blancas una zapatilla de cristal, 3 cochinitos, un patito feo, a Blanca Nieves, un lago con cisnes, un carruaje de calabaza, una capa roja, 7 enanos, 3 hadas, una casa hecha de galleta y dulce, lobo y una manzana roja.
La historia comienza así…
El gato con botas, de Charles Perrault.
Había una vez un molinero que tenía tres hijos. Cuando el molinero murió, dejó a sus tres hijos lo siguiente: al hijo mayor, le dejó un molino; dejó un burro a su hijo de en medio y a su hijo menor le dejó su gato.
El hijo menor se preguntaba: ¿Qué voy a hacer con un gato?
Pero este gato, no era un gato cualquiera; ¡Podía hablar! Así que el gato le dijo: ¿Me podrías dar una bolsa y una zapatilla de cristal por favor? el joven se la dio.
El gato atrapó tres cochinitos y los puso en su bolsa.
Cuando llegó con el rey, dijo: Estos cochinitos son un regalo del marqués de Carabas, pues ése era el nombre que el gato había inventado para el hijo más joven del molinero. ¡El rey se puso muy contento!
Al día siguiente, el gato metió un patito feo en su bolsa.
Le llevó el patito al rey y le dijo otra vez que era un regalo del marqués de Carabas.
Durante los siguientes meses, el gato le dio muchos regalos al rey; siempre le dijo que eran de parte del marqués de Carabas.
Un día, el gato oyó que el rey y su hermosa hija, que era blanca como la nieve, iban de paseo al lago, así que le dijo al hijo más joven del molinero que fuera a nadar ¡al lago!
Cuando el rey y su hija, de piel blanca como la nieve, pasaron junto al lago, el gato saltó frente al carruaje de calabaza del entonces, el gato gritó: ¡Ayúdenme, rápido; que el marqués se está ahogando!
Los hombres del rey corrieron, sacaron al joven del río y le dieron una capa roja.
Todos creyeron que en verdad era el marqués de Carabas. Por eso el rey le pidió que se sentara en el carruaje de calabaza con él. Cuando la princesa lo vio pensó: ¡Qué guapo es!
El gato, como era muy astuto, se adelantó al carruaje de calabaza. Se encontró con los siete enanos, que recogían heno en un campo y les dijo: Cuando el rey pregunte, díganle que estas tierras son del marqués de Carabas. Y así, cuando el rey pasó, eso fue lo que dijeron los siete enanos.
Después, el gato se volvió a adelantar y se encontró con tres hadas que cosechaban granos; y les dijo: Díganle al rey que esta cosecha pertenece al marqués de Carabas. Y eso fue lo que dijeron las tres hadas, cuando el rey pasó por ahí.
El rey creía que el marqués era un hombre muy rico y generoso. Este hombre sería un buen esposo para mi hija, blanca como la nieve, pensó.
Finalmente, el gato llegó a una casa de galletas y donde vivía un feroz lobo. El gato había oído que el lobo podía transformarse en cualquier cosa y decidió engañarlo.
Me han dicho que puedes hacer magia, el astuto gato le dijo al lobo. Si es verdad, entonces conviértete en una deliciosa manzana roja.
Y como al lobo le gustaba presumir, se rio del gato, mientras se transformaba en una deliciosa manzana roja.
De inmediato, el gato se abalanzó sobre él y ¡Wam! se lo comió. Ese fue el final del feroz lobo.
Bienvenidos a la casa de galletas y dulces del marqués de Carabas, dijo el gato cuando llegó el carruaje de calabaza.
El rey quedó tan impresionado que le ofreció al hijo del molinero la mano de su hija, de piel blanca como la nieve, en matrimonio y fue así como vivieron felices para siempre.
¿Te gustó la historia? Es un poco diferente a la original, o ¿crees que es igual?
¿Ahora revisa la historia, para saber los cambios que hizo Celia? Comienza, enseguida puedes encontrarlos, pero tú has la búsqueda.
Celia menciono que al gato le dieron una zapatilla de cristal. Si el cuento es del gato con botas, tuvieron que darle unas botas. Las zapatillas de cristal no son de este cuento, ¡Son de Cenicienta!
En el relato Celia dijo que el primer regalo que recibe el rey, ¿Eran 3 cochinitos? pero los tres cochinitos son de otro cuento. Lo que le dio el gato al rey fue un conejo.
¿Lo que metió el gato con botas a su bolsa para su segundo regalo del rey, fue un patito feo? El cual se convirtió en cisne, pero en realidad lo que el gato guardó en la bolsa fue una enorme ave.
También dijo que la hija del rey era de piel blanca como la nieve. ¡Es Blanca Nieves! En la historia original de El gato con botas, solo decía que la hija del rey era muy hermosa.
Donde se encuentran el joven, el rey y su hija, ¿Es en el lago de los cisnes? ¡No! era en un río.
Recuerdas que Celia menciona un carruaje de calabaza del rey. ¿Sí era de calabaza? No pues sólo era un carruaje.
Después, cuando los hombres del rey sacan al joven del río, ¿Le ponen una capa roja? Pues no, más bien le dieron ropa seca, ¿No te recuerda al cuento de Caperucita Roja?
¿identificaste que Celia cambio varias cosas del cuento original?
Algo más, durante el paseo, ¿Se encuentran con siete enanos? ¿Tu recuerdas con quiénes se encontraron? Se encuentran con unos campesinos.
Celia mencionó que más adelante se encuentran a tres hadas mágicas que cosechan granos, ¿Fue así? ¿Eran hadas mágicas las que cosechaban? ¿Quiénes eran?
Pues no, porque con su varita mágica podrían aparecer la comida. Ellas no necesitan cosechar; no eran unas hadas, eran unos granjeros.
Otra parte de la historia que también cambio, es cuando el rey, su hija y el joven llegan a una casa hecha de galleta y dulces. ¿Es así en la historia original de El gato con botas? ¡Sería delicioso llegar a una casa de galletas! pero era un castillo.
La casa de galletas y dulces es del cuento Hansel y Gretel, que leíste en una ocasión.
¿El castillo lo habitaba un feroz lobo? ¿Este personaje a qué cuento pertenece? Muy bien, el feroz lobo es de ¡Caperucita roja! Quien habita el castillo es un gigante.
En la historia de Celia, dijo algo como que el feroz lobo se convirtió en una manzana. ¿En el cuento el lobo feroz se convierte en una deliciosa manzana roja? La manzana roja más bien aparece en el cuento de Blanca Nieves. En esta historia el gigante se convierte en un ratón.
Cambio varias cosas de la historia, pero ¡Qué bonita y divertida quedó su versión! ¿A ti, te gustó? Fue una historia diferente, lo mejor es que pudo crear una nueva historia, la narro y la disfruto; además, la combino con las historias que ya conoce. ¡Es muy buena creando historias!
No olvides incluir en tu tarjetero de cuentos el libro que conociste hoy, ¿Recuerdas cuál era el título? Se llama El gato con botas, de Charles Perrault. Pide a quien te acompañe te apoye en anotarlo.
Para concluir con esta sesión recuerda lo que aprendiste:
- Identificaste personajes de diferentes cuentos clásicos.
- Conociste una nueva versión de este cuento.
El reto de hoy:
Crea un cuento, observa la siguiente lámina se titula “Había una vez…”
Tiene imágenes de algunos cuentos clásicos, con las que te puedes apoyar para crear tu propia historia, narrarla a la persona que te acompaña o si tienes la oportunidad, puedes compartirla con tu maestra o maestro.
¡Buen trabajo!
Gracias por tu esfuerzo.
Para saber más:
Lecturas