Las culturas de Occidente
Las culturas de Occidente
Aprendizaje esperado: identifica los principales rasgos culturales del Clásico temprano, así como algunas características de las culturas más representativas del período.
Énfasis: reconocer a las culturas de Occidente como contemporáneas a Teotihuacán y Monte Albán y sus principales características.
¿Qué vamos a aprender?
Analizarás las culturas del Occidente de México, Teotihuacán y Monte Albán, y conocerás sus principales características.
El área mesoamericana conocida como Occidente de México comprende los actuales estados de Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Colima y Guerrero. Los límites geográficos cambian con el pasar el tiempo, por lo que, en ciertos momentos de la historia de Mesoamérica, también abarcó partes de Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas y Durango.
¿Qué hacemos?
Para profundizar en las culturas del Occidente, lee el siguiente fragmento de un artículo dedicado a los sitios arqueológicos más importantes de esta área cultural, titulado “Son más que piedras: una biografía cultural de Los Guachimontones de Teuchitlán, basada en testimonios orales”, de Yael Dansac, el cual ha sido ligeramente modificado para facilitar su comprensión.
Son más que piedras: una biografía cultural de Los Guachimontones de Teuchitlán
[…] Varios especialistas mencionan que hace aproximadamente 2000 años, el actual sitio arqueológico de Los Guachimontones fungió como el centro político y ritual más importante de la región del volcán de Tequila. Su arquitectura singular fue replicada por cerca de 200 asentamientos ubicados al norte y al sur del volcán. Según los estudiosos, estas estructuras arquitectónicas monumentales son las obras de una organización social altamente compleja denominada Tradición Teuchitlán. La función de dichos edificios aún es tema de debate porque su rasgo distintivo es su diseño arquitectónico basado en círculos concéntricos.
[…] Elena, una comerciante de 59 años de edad, explica:
“Siempre decía la gente, vamos al Guachi. De allí la palabra Guachimontón que quiere decir montón de guajes, y ahí hay muchos árboles de guaje. Antes, de todos los alrededores recurrían aquí para pagar tributo. Los Guachimontones eran como la cabecera municipal cuando todo esto estaba habitado por indios […].
Para la mayoría de los entrevistados, el poblado de Teuchitlán y los Guachis han sido concebidos desde hace tiempo como asentamientos antiguos. Un ex jornalero de 88 años compartió que cuando él era niño, un señor de cien años de edad le platicó que Teuchitlán era el pueblo “más viejo de la región, un pueblo antiguo de indígenas que vivían en las faldas del cerro” […]
Las estructuras prehispánicas locales habían sido entendidas durante décadas como espacios rituales en donde los antepasados realizaban ceremonias, enterraban a sus muertos e incluso libraban batallas. Como comparte José, un ex jornalero de 62 años que trabajó cuatro décadas cosechando en el predio donde se ubica el sitio arqueológico, “mis papás me contaban que los Guachis era donde ellos guerreaban y a los malos los mataban y los quemaban, todo el polvo de los muertitos volaba, se lo echaban al viento y no quedaba nada”.
En el mismo tenor, Nicolás, un agricultor de 70 años, explicó que “(…) había una familia de indios, sepultada en el centro del Guachi. Ahí tenían todos sus trastes”, […] refiriéndose con esto a la asociación entre dichas estructuras circulares y las tumbas de tiro, término arqueológico dado a las cámaras funerarias ubicadas en el subsuelo a las cuales se accede por medio de un tiro vertical de varios metros de profundidad. En éstas se depositaba a los fallecidos acompañados de ofrendas, generalmente compuestas de objetos como ollas, cajetes polícromos, monos, cuentas de jadeíta y bivalvos.
Debido a que Teuchitlán está emplazado a dos kilómetros de distancia de Los Guachimontones, los descubrimientos de objetos prehispánicos y tumbas de tiro no son eventos extraños para los habitantes. En muchos de los hogares visitados se permitió fotografiar cajetes, hachas de mano, metates y demás objetos encontrados en los alrededores de Teuchitlán […]
Aun cuando los estudios arqueológicos del sitio Los Guachimontones empezaron a finales de 1970, no fue sino hasta 1999 con el inicio de los trabajos de excavación, que las interpretaciones científicas sobre la historia del mismo comenzaron a difundirse. Con esto, las ideas locales sobre el pasado prehispánico de Los Guachimontones comenzaron a modificarse. Britany, estudiante de bachillerato, definió a Los Guachimontones como “un recinto ceremonial arqueológico, con círculos concéntricos para ceremonias como la del volador, donde toda la gente se reunía y bailaba alrededor de la pirámide, como en una fiesta. Era como una ciudad, la más grande de toda la región. Eso nos explicaron en la clase […]”
Los Guachimontones fueron abandonados 1000 años antes de la llegada de los españoles al Occidente de México, los peninsulares arribaron en 1530 a los valles ubicados al sur del volcán de Tequila y encontraron un cacicazgo indígena llamado Teuchitlán, el cual posteriormente se tornó poblado y en 1837 en cabecera municipal. A lo largo de los siglos el asentamiento siguió conservando su localización y su nombre original: voz castellanizada del náhuatl Teotzitlán o Teutzitlán, que significa lugar dedicado a la divinidad o lugar del dios reverenciado, en posible alusión al cercano centro ceremonial ahora llamado Los Guachimontones.
Son más que piedras: una biografía cultural de
Los Guachimontones de Teuchitlán,
basada en testimonios orales.
Yael Dansac
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-62862013000200005
Los testimonios orales son una fuente muy importante para la construcción del conocimiento histórico porque facilitan el acercamiento a las experiencias humanas del pasado, es decir, a las formas en que se rememora. Como observaste en la lectura, los pobladores de Teuchitlán han configurado su memoria entorno a los restos arqueológicos a partir del conocimiento transmitido de generación en generación.
Esta área cultural se distingue, entre otras cosas, por su gran diversidad ecológica; una vasta región surcada por el Eje Neovolcánico Transversal. Además de volcanes como el de Fuego de Colima y el Ceboruco en Nayarit, se pueden encontrar lagos como los de Cuitzeo, Pátzcuaro y Chapala.
Aunque se trata del área mesoamericana de mayor tamaño, es probablemente la menos conocida. Durante mucho tiempo los especialistas la relegaron a un lugar secundario en las investigaciones, en gran medida porque carece de la arquitectura monumental característica de las grandes ciudades del México antiguo.
Los estudios más recientes han permitido revalorar el Occidente de México como una zona de gran importancia y complejidad en la historia mesoamericana, que albergó varias tradiciones culturales, una de ellas, la llamada Tumbas de Tiro, la cual se distingue por sus ofrendas en las que abundan figuras humanas de cerámica, que muestran una gran variedad de tocados y peinados.
Observa el siguiente video sobre el hallazgo de una tumba de tiro en Colima.
- Descubren una Tumba de Tiro intacta en Colima.
https://www.youtube.com/watch?v=K2oeJlrmrtk
Son comunes las actividades de saqueo arqueológico en el área del Occidente, por ello el hallazgo de una tumba tiro intacta representa una gran oportunidad de investigación para los especialistas.
Continúa con la cronología de las culturas más importantes del Occidente. Entre ellas se destaca la Capacha, la Teuchitlán, la Aztatlán y la Tarasca, mismas que, gracias a la gran diversidad ecológica del territorio establecieron relaciones de intercambio cultural y de circulación de materiales como la turquesa. El litoral del Océano Pacífico fue eficazmente aprovechado y permitió, vía marítima, la comunicación con regiones tan lejanas como Sudamérica.
Los restos de los primeros pobladores del Occidente coinciden con el proceso de generalización de la vida sedentaria en Mesoamérica, por lo tanto, datan del periodo Preclásico Temprano, aproximadamente del año 1500 a.n.e. De acuerdo con los historiadores Rodolfo Fernández y Daria Deraga, estos primeros establecimientos carecían de escritura y registros calendáricos, su organización social era jerárquica y su repartición territorial se basaba en el parentesco.
La Cultura Capacha, nombre con el que se conoce a un complejo arqueológico ubicado en el estado de Colima, fue la primera con rasgos complejos que se desarrolló en la región, los restos que se han encontrado consisten principalmente en utensilios de piedra, vasijas y figurillas de cerámica, éstas últimas muy parecidas a las de Tlatilco del Valle de México, lo que demuestra la interacción entre el Occidente y el Altiplano Central.
Durante el Preclásico Medio se desarrolló la cultura de El Opeño, sitio arqueológico ubicado en el municipio de Jacona, Michoacán, distintivo por su arquitectura y cerámica funerarias. Entre los restos hallados en la zona, destacan ollas globulares decoradas con colores rojo, guinda o negro, delimitados por líneas incisas o punzados.
También en El Opeño se ha encontrado evidencia de la práctica del juego de pelota. Se trata de una de las modalidades más antiguas que se desarrolló en la región occidental del país, que representan a un grupo de jugadores acompañados de tres mujeres. Los jugadores destacan por su indumentaria, que incluye una protección en la pierna y un bastón para golpear la pelota.
En el Preclásico Tardío se inició la tradición de Teuchitlán, también llamada Tumbas de Tiro. Como explica la Doctora María Ángeles Olay Barrientos, las tumbas de tiro son recintos subterráneos que constan de un tiro o pozo vertical que se excavaba hasta la profundidad que permitiera la dureza y consistencia del subsuelo, algunos llegan a medir hasta 20 metros. Los tiros podían conducir a una, dos o hasta tres cámaras, en las que se depositaban restos humanos y de animales, así como ricas ofrendas cerámicas.
Para conocer uno de los sitios arqueológicos más longevos de Mesoamérica, observa la siguiente cápsula acerca de Teúl ubicado en el actual estado en Zacatecas. - Zona Arqueológica de Teúl, Zacatecas.
https://www.youtube.com/watch?v=dtXqoh2FKA4
Durante esta época, la reducción de los minerales para obtener cobre se hacía en hornos, estos eran agujeros en la tierra, cuyos fondos se apisonaban cuidadosamente y, por efecto del mismo calor, se endurecían.
Durante el Clásico temprano, la construcción de plazas circulares, conocidas coloquialmente como guachimontones, terminó por constituirse como uno de los rasgos arquitectónicos definitorios de la tradición Teuchitlán, de la que destacan sitios como El Arenal, Huitzilapa y la más importante, que da nombre a la cultura: Teuchitlán. Cabe destacar que todos ellos se encuentran en el estado de Jalisco y coincidieron en el tiempo con Monte Albán, capital de la cultura zapoteca que se asentó en Oaxaca.
También durante este periodo se registró una importante influencia teotihuacana en sitios como Tingambato y Loma Santa María, en los cuales se construyeron estructuras de plantas cuadrangulares y cuerpos escalonados típicos de Teotihuacán.
Hacia el Clásico tardío y el Posclásico temprano, se desarrolló la tradición Aztatlán, la cual se extendió desde el norte de Sinaloa hasta el norte de Jalisco, se caracterizó por el trabajo en vasijas cerámicas decoradas con detalladas escenas tipo códice, vasos de alabastro y otras piezas de gran valor artístico.
Para el posclásico tardío la Cultura Tarasca se constituyó como la entidad política más compleja del Occidente, gracias a que dominó, mediante conquistas militares, un extenso territorio que abarcó casi la totalidad del estado de Michoacán, así como partes de Guerrero, el Estado de México, Guanajuato y Jalisco.
Ubicada en la ribera del lago de Pátzcuaro, la capital del señorío tarasco era Tzintzuntzán, palabra que en lengua purépecha significa lugar de colibríes. Al momento de la llegada de los españoles en el siglo XVI, la ciudad albergaba alrededor de 30,000 personas. Uno de sus rasgos más característicos son sus famosas yácatas, construcciones de planta mixta (rectangular y circular), que se edificaron en amplias terrazas y grandes plataformas en las laderas de los cerros Yarahuato y Tariaqueri.
Contemporánea a la gran Tenochtitlan, Tzintzuntzan, resistió diversos intentos de conquista por parte de los mexicas. El pueblo tarasco no sólo logró frenar los intentos de expansión del imperio mexica, sino que además consiguió arrebatarles territorio y establecer fronteras definidas y controladas, hazaña que no todas las naciones mesoamericanas conquistaron.
El área cultural de Occidente es muy importante, no sólo porque fue una zona estratégica de convergencia entre el árido norte y el resto de Mesoamérica, sino también porque destaca por su particular arquitectura de círculos concéntricos o guachimontones, sus prácticas funerarias que incluyen la excavación de tumbas de tiro, su extraordinario trabajo en piezas de cerámica; fueron grandes maestros alfareros y el desarrollo del uso del cobre, entre muchas otras cosas.
El reto de hoy:
En un mapa de la república mexicana, ubica el área mesoamericana de Occidente, colorea los estados que abarcó y señala los sitios arqueológicos más importantes que conociste durante la sesión. También, anota a qué periodo pertenece cada uno.
¡Buen trabajo!
Gracias por tu esfuerzo.
Para saber más:
Lecturas